Partidos Políticos, Corresponsables por el Mal Trabajo de Ediles

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PARTIDOS, CORRESPONSABLES

DEL MAL TRABAJO DE EDILES

LOS ALCALDES SALIENTES DEBEN SER OBLIGADOS A

RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO Y SER EFICACES

Si nos atenemos a la sentencia popular de que “nadie vende un caballo por ser muy bueno” y la trasladamos al mundo institucional, debemos concluir que los alcaldes mexiquenses que fracasaron en su intento de reelegirse trabajaron muy mal durante dos años y seis meses; es decir, fueron castigados en las urnas por sus gobernados, debido a su mal desempeño.

Los electores no les dieron la espalda por haber ofrecido excelentes resultados a sus comunidades, sino por fallar en el cumplimiento de sus responsabilidades, buscadas con tanta vehemencia en la primavera del 2018. Sus actuaciones deficientes, ineficaces y, en ocasiones, corruptas resultan inexplicables incluso desde la conveniencia personal y de sus aspiraciones políticas: sabían que podrían reelegirse por otros tres años si y solo si hacían gestiones exitosas.

No aprovecharon esa circunstancia. Pero en esos malos resultados, los partidos en donde militan los ineptos presidentes y presidentas municipales derrotados tienen igualmente culpa, porque no los vigilaron ni presionaron para hacer su máximo esfuerzo y cumplir sus compromisos de campaña.

Este comportamiento indiferente de las organizaciones políticas frente a las autoridades municipales surgidas de sus filas es viejo, pero ahora más notable y grave porque la población a la cual se sirve es mayor, como lo son sus problemas y  necesidades de obras y servicios.

Los gobernados son más exigentes y ajustan cuentas en las urnas a quienes no les cumplen las promesas de campaña, como lo experimentaron los y las gobernantes municipales que fracasaron al intentar reelegirse, lo cual parecen no haberlo percibido los partidos políticos: se olvidan que son corresponsables de los buenos o malos resultados de sus alcaldes, síndicos y regidores.

Los munícipes derrotados en las urnas permanecerán todavía más de 5 meses en sus cargos, por ello están en condiciones de reivindicarse, al menos parcialmente, frente a sus poblaciones, pero para eso se necesita que sus propios partidos los obliguen a cumplir con sus programas de trabajo, a recuperar parte del tiempo perdido por el desempeño deficiente de los primeros dos años y medio de gestión.

Hasta por conveniencia electoral, las formaciones partidistas deben asumir su obligación de presionar a sus miembros en los ayuntamientos para que ahora sí, trabajen a un ritmo intenso, porque dentro de poco más de un año y 11 meses volverán a las urnas con sus candidatos(as) a la gubernatura, y en la mente de los votantes estará fresco el recuerdo de los resultados, buenos o malos, ofrecidos por los alcaldes de cada organización política, y podría repetirse el castigo en junio de 2023 si la decepción continúa.

La exigencia debe ser para quienes se religieron y para quienes por primera vez gobernarán sus municipios. Trabajar con eficacia, eficiencia, honestidad y transparencia es obligación legal, no una cortesía; sobre todo, porque nadie los obligó a buscar los cargos, y se comprometieron libremente a resolver problemas; además, tienen sueldos varias veces superiores al promedio salarial de los mexicanos.

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