*Inexplicablemente, la bancada de Morena en la Legislatura mexiquense perdió el tiempo y relegó el asunto.
De la Redacción
Se ve extremadamente difícil que prospere la iniciativa de reforma constitucional mexiquense para incorporar la figura de revocación de mandato del gobernador.
Si no se aprueba de aquí al 4 de septiembre, cuando finaliza el período de la actual representación popular, en la cual Morena y sus aliados han tenido la mayoría calificada, necesaria para hacer cambios a la Constitución por cuenta propia, ya no se hará, porque en la próxima Legislatura, que inicia el 5 de mes próximo, ese partido perderá esa mayoría calificada, e incluso la simple, y ya no estará en condiciones de reunir las dos terceras partes de la votación para modificaciones de esta relevancia.
El morenismo -inexplicablemente- dejó pasar el tiempo, porque pudo reformar la Constitución Política del Estado e institucionalizar la revocación de mandato de gobernantes entre enero y junio del 2020, lo cual quizá hubiera permitido someter a revocación de mandato al actual mandatario Alfredo del Mazo Maza. Eso ya no se podrá.
Y si el tema pudo ser del interés de los partidos adversarios de Morena y la 4T ante la posibilidad de que el próximo titular del ejecutivo surgiera de las filas del partido del presidente, tras el resultado de las pasadas elecciones y el retroceso de la preferencia electoral de Morena en territorio mexiquense; es decir, ante la posibilidad de impedir la alternancia aquí, se ve más difícil que esas fuerzas políticas, opositoras a nivel nacional, tengan el mínimo interés en apoyar el proyecto y sacarlo adelante.