De la Redacción
Hoy se cumplieron 500 años de la caída de Tenochtitlán, que marcó el inicio de 300 años de la época colonial y dependencia de España. Los estudios históricos discrepan sobre lo que significó la invasión, ocupación o colonización de lo que ahora es México, cuyo nombre oficial es el de Estados Unidos Mexicanos, pero nadie niega que Hernán Cortés y sus soldados cometieron genocidio.
Hay historiadores que consideran que las atrocidades fueron compensadas con el proceso civilizatorio que representó la colonia, e incluyó al idioma español, pero otros condenan la exterminación de los pueblos indígenas que se opusieron a la conquista, la esclavitud, la imposición con la fuerza bruta de la religión católica y la destrucción del patrimonio cultural.
La misma denominación de conquista es cuestionada, como lo es la versión de que no debe conmemorse la consumación de la conquista, sino los 500 años de resistencia de los pueblos indígenas.
En la ceremonia de hoy en el Zócalo de la Ciudad de México o Plaza de la Constitución el presidente Andrés Manuel López Obrador habló de ese acontecimiento y expuso las diferentes posiciones desde las cuales se analiza. Y trató un tema que comenzó a examinarse en los círculos académicos, pero que se silencia en los gran des medios informativos:
El enorme saqueo del oro en la actualidad, que hace palidecer a la dimensión de la explotación de ese metal en los 300 años de colonia: los españoles extrajeron 184 toneladas de ese metal en tres siglos, mientras las mineras extranjeras y nacionales sólo entre el 2017 y el 2018 explotaron 194 toneladas de ese metal.
El dato se sabe, pero los poderosos intereses económicos beneficiados con las concesiones mineras impiden que se debata el tema.