CONDUCTA SOCIAL NEGATIVA,
INDUCIDA POR NEOLIBERALES
LA INDUCCIÓN DEL AMOR A ANIMALES Y DESAMOR
AL PRÓJIMO, EJEMPLOS DE DOMINACIÓN IDEOLÓGICA
Desde siempre, la imposición de lo que ahora denominan modelos de desarrollo ha sido posible por la existencia de aparatos de dominación ideológica, cuya eficacia consiste en lograr que los intereses de los pocos sean asumidos como propios por los muchos, precisamente los perjudicados por esos intereses. Así se evitan resistencias y oposiciones.
Esto no ha cambiado en nuestros tiempos; al contrario, se profundizó: los intereses económicos minoritarios aprovechan ahora con eficacia las tecnologías de la comunicación y los recursos del avance de las telecomunicaciones, además de los grandes medios informativos de su propiedad para ejercer ese dominio ideológico.
Sin que las comunidades nacionales lo perciban, sus integrantes son víctimas de las estrategias globales y nacionales diseñadas y ejecutadas para inducir y consolidar comportamientos, gustos y aspiraciones favorables a quienes concentran la riqueza.
Comenzaron por conjurar el pensamiento y reflexión críticos. Enseguida, sentimientos como la solidaridad, el amor al prójimo y a la comunidad a la cual se pertenece fueron debilitados o destruidos por esas estrategias, porque representaban un obstáculo a la expansión de las ganancias, excesivo afán de lucro y al mantenimiento de regímenes al servicio de esos poderosos, pero minoritarios intereses de escala planetaria y nacionales.
En la nota que sobre el tema se publica en este número de “El Espectador”, un experto ilustra el fenómeno de la dominación ideológica, y aunque se circunscribe exclusivamente a cuanto ocurre con el amor a los animales y el desamor al prójimo, ese análisis crítico puede extenderse a todas las actividades y conductas de los mexicanos, porque son resultado y expresión de lo expuesto por el especialista.
Los ejemplos abundan. La imposición del neoliberalismo en México, que en todo el mundo -incluso en las naciones desarrolladas- ha generado pobreza y concentración de riqueza, desigualdad social y económica, corrupción, impunidad para los poderosos y la separación de las clases gobernantes y gobernadas, no hubiera sido posible sin la eficacia del aparato de dominación ideológica, el cual indujo la creencia de que ese modelo de desarrollo era conveniente para todos.
Ocurrió lo mismo con la venta de las empresas públicas, bancos y otros bienes de la nación a precio de remate o simbólicos a allegados y cómplices del grupo gobernante en cada sexenio; con la conversión de deuda privada en pública y el perdón fiscal a los dueños de la riqueza del país y la privatización del sistema pensionario. Todo a través de los grandes medios informativos, muchos de ellos propiedad de los beneficiados con las privatizaciones y el no cobro de impuestos.
Se nos convenció que eso era beneficioso y lo más conveniente para todos los mexicanos, cuando ese modelo de desarrollo económico y forma de gobierno ocasionaron y ocasionan la quiebra del país.
Todo ello ocultan esos medios, ahora empeñados en convencernos de que estábamos mejor con Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y mucho más con Ernesto Zedillo, Carlos Salinas de Gortari y Miguel de la Madrid Hurtado.