De la Redacción
En forma sorpresiva, el Partido del Trabajo (PT) evitó se legisle para instituir la revocación de mandato a los gobernantes mexiquenses. Los diputados de ese partido -inexplicablemente- no apoyaron la propuesta de reforma constitucional que impulsaba su aliado Morena, por ello no se logró la mayoría calificada necesaria para aprobar esos cambios.
El dirigente estatal del PT, Noberto Morales, acudió en días previos a Palacio de Gobierno para hablar con altos funcionarios, y eso se interpretó como una reunión para lograr el acuerdo de no votar en el caso de la elección para la revocación de mandato, a la cual se oponen el PRI, el PAN y el PRD.
En todo caso, el comportamiento del PT en la Legislatura al abstenerse y frustrar así los intentos de establecer la revocación de mandato lo hace un aliado no confiable para la 4T; sobre todo, porque en la Cámara de Diputados Federal estuvo en contra del desafuero del diputado federal Mauricio Toledo, acusado de enriquecimiento ilícito, y que promovió Morena.
Allá se convirtió en partidario de un presunto corrupto; aquí, se opuso a incorporar a la Constitución Política Local la revocación de mandatos a gobernantes estatales, que es una medida también para ponerle freno a la corrupción en los ejecutivos estatales o, cuando menos, a su ineptitud.