*Hace no muchos años no habían robos con violencia de autos, ni secuestros.
De la redacción
La construcción de grandes conjuntos habitacionales, con el consiguiente crecimiento de la población en la zona de Calimaya, San Antonio la Isla y Santa Cruz Atizapán, tiene ahora impacto en materia de seguridad pública.
La región perteneciente al área metropolitana de la capital del Estado pasó de estar habitada solo por lugareños, campesinos en su mayor parte, a ocuparse por gente de fuera, especialmente de la periferia de la Ciudad de México y municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chalco.
La población originaria es minoría frente a la que vino de afuera. Los lugareños tenían fama de pacíficos, y cuando cometían delitos eran de otro tipo a los actuales. Esas demarcaciones eran antes muy seguras.
El poblamiento por gente del Valle de México propició la aparición de grupos delictivos dedicados al robo con violencia de vehículos, al homicidio, los secuestros, las extorsiones, robo a casa habitación, cobro de derecho de piso a comercio y narcomenudeo, de acuerdo con las estadísticas oficiales sobre seguridad pública de los gobiernos federal y estatal.
La misma información oficial sobre detenciones de bandas delictivas en esa zona, incluyendo a Tenango Valle, evidencia la operación de bandas dedicadas a tipos de delitos que antes no prevalecían ahí.
Mandos policiacos estatales atribuyen la aparición de la inseguridad pública a pocas familias, pero con antecedentes delictivos y provenientes de colonias capitalinas como Tepito o alcaldías como Iztapalapa, así como de municipios mexiquenses limítrofes con las zonas más peligrosas de la Ciudad de México.
La hipótesis de que delincuentes de fuera residiendo en las colonias de esos municipios son quienes proporcionan información sobre las víctimas o participan directamente en las bandas criminales se robustece porque vehículos robados con violencia aquí u ocupados para delinquir son recuperados -en muchos casos- en aquellos municipios o en alcaldías capitalinas, según reportan los cuerpos de seguridad.
También las bandas de secuestradores y extorsionadores capturadas, muchas veces en flagrancia, son integradas mayoritariamente por personas de aquella región del Valle de México.
Esta sería la explicación a la aparición de delitos que antes no se cometían en esos municipios. Lo más delicado es que en casi todas las detenciones figuran mujeres y menores de edad.