De la Redacción
Es increíble el amplio tiempo que los noticieros de televisión le conceden a Diego Fernández de Cevallos, uno de los mayores traficantes de influencia en la historia del país, para insultar, ofender, calumniar y destilar odio ultraderechista contra el presidente López Obrador.
Lo contradictorio es que acusa al mandatario de represivo, dictatorial y enemigo de las libertades. Si le hubiera dicho lo mismo a su padrino y cómplice Carlos Salinas de Gortari, tuviera más de 30 años como desaparecido.
Por cierto, los medios siguen ocultado o minimizando que la denuncia en contra de Ricardo Anaya por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero la presentaron sus compañeros panistas, encabezados por quién era el líder de los senadores y ex titular de la SHCP, Ernesto Cordero Arroyo, incondicional de Felipe Calderón y Margarta Zavala.
Quisieron ayudar a José Antonio Meade, candidato presidencial externo del PRI. Era el tiempo en que presionaban a Anaya para que declinara en favor del abanderado priista, de cuya campaña era vocero Javier Lozano.