De la Redacción
Días después del sorpresivo cambio en la estratégica secretaría de Gobernación, abundan los comentarios, teorías y especulaciones sobre las verdaderas razones que pudo tener el presidente Andrés Manuel López Obrador para aceptar la renuncia de Olga Sánchez Cordero como títular del área, donde hizo historia al ser la primera mujer en ocupar el cargo.
Hay quienes aseveran se trató de un ajuste en esa área por cuestiones de política electoral, de cara a la elección presidencial del 2024, la cual se espera ruda por parte de la oposición (algunos nostálgicos la llaman ya ‘la madre de todas las guerras’) y se requiere en el cargo a alguien con más experiencia política, como es el caso de Adán Augusto López Hernández.
Otros consideran se quiso tener en el Senado de la República a una persona confiable, quien además le hiciera contrapeso a Ricardo Monreal, al cual los “duros” de Morena le critican su cercanía con los enemigos de la cuarta transformación y su desmedida ambición por ser el candidato presidencial de la izquierda en el 2024.
De la misma forma hay quienes creen que Sánchez Cordero quiso volver a su escaño senatorial para no tener tantos problemas que resolver; sobre todo, porque es una mujer que está cerca de AMLO por convicciones, no por necesidad, pues es ministra jubilada o en retiro, como le dicen; su esposo tiene mucho dinero y viven con grandes comodidades, no tienen nada de qué preocuparse, lo cual le reconocen y admiran mucho en Morena, porque -sostienen- “bien podría ser de derecha, pero es progresista, honesta, sacrificada y partidaria de las causas justas”.
Cualquiera sea la causa, es probable que al final se cumpla un poco de todo lo anterior, lo cual tendrá contentos a unos y preocupados a otros, pero ocupados a todos.