De la Redacción
Hasta las encuestas de “Reforma”, el diario vocero de la ultraderecha empresarial y opositor de la cuarta transformación, indican que 62 por ciento de los mexicanos respalda al presidente López Obrador; es decir, un diez por ciento más de los que lo apoyaron en las urnas en 2018.
El mandatario es un fenómeno de liderazgo institucional, político, social y electoral, pues estos primeros tres años de gobierno los grandes medios informativos impresos y electrónicos se han dedicado a golpearlo todos los días y a todas horas, a calumniarlo, difamarlo y hasta a ofenderlo e insultarlo, pero aún así la población lo respalda.
Otra casa encuestadora encontró que en realidad ese apoyo popular es del 72 por ciento. Esos mismos ejercicios y mediciones de credibilidad y confianza arrojan como resultado que el conjunto de la antes llamada prensa tiene una credibilidad y confianza ciudadana del 38 por ciento, casi la mitad que el presidente.
La fuerza de la prensa se sostiene en su capacidad de llegar al 70 por ciento de los mexicanos. Las conferencias mañaneras del presidente López Obrador no tienen esa penetración, sí así fuera, la imagen del mandatario sería aún más fuerte, un verdadero fenómeno social.
