*Culpa a AMLO, pero éste recuerda que lo acusaron sus compañeros panistas.
De la redacción
Los representantes del PAN, PRI y PRD y los ex mandatarios Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa acusaron públicamente al presidente Andrés Manuel López Obrador de perseguir al ex candidato presidencial Ricardo Anaya, quien el lunes 23 anunció su salida del país, por temor a ser detenido. Y dejó plantado al juez que lo citó a declarar como imputado por el delito de enriquecimiento ilícito.
El tabasqueño rechazó el señalamiento. Recordó que la acusación la presentó la Fiscalía General de la República (FGR) y lo citó a declarar el Poder Judicial, no él, pues no es ministerio público, ni juez, además de que no es vengativo.
López Obrador les dijo que fueron sus correligionarios, los panistas, específicamente Ernesto Cordero, quienes acusaron a Anaya de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Después el priista Emilio Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos (PEMEX) reveló que le dio 6.8 millones de pesos cuando era dirigente nacional del PAN, para que sus legisladores apoyaran la reforma energética y para hacer precampaña en busca de la candidatura del PAN a gobernador de Querétaro.
En su conferencia mañanera incluso reprodujo un video en el cual Javier Lozano, que antes fue priista, después panista y nuevamente priista en la campaña electoral de José Antonio Meade, de la que era vocero (ahora defiende a Anaya), acusó públicamente al candidato presidencial del PAN de haberse enriquecido ilícitamente y que sus ingresos legales no le alcanzaban para acumular la fortuna que poseía.
Anaya había argumentado que el incremento de su patrimonio tuvo origen lícito, pero Javier Lozano con rudeza le hizo cuentas de cuanto ganó en determinado tiempo y sostuvo que esa riqueza era ilícita. Y le recordó que con esos mismos ingresos sostenía a su familia en Estados Unidos, en donde estudiaban sus hijos. Habitaba una mansión lujosa, en donde el político pasaba los fines de semana.
El candidato presidencial panista cometió la indiscreción de anticipar en sus debates con López Obrador y Meade que si ganaba encarcelaría al presidente Enrique Peña Nieto, por corrupto, lo cual molestó a Los Pinos y al PRI, y decidieron mandar a Javier Lozano, un golpeador tipo “porro”, a destrozar los argumentos defensivos de Anaya, quien ahora acusa al presidente López Obrador de perseguirlo.
El autoexiliado aventuró la hipótesis de que AMLO quiere “fregarlo a la mala”, para impedirle ser candidato presidencial en 2024, lo cual se prestó a bromas, porque nadie lo considera peligroso para Morena o la cuarta transformación.
