*Las mismas fallas caracterizan a un alto porcentaje de los alcaldes.
De la redacción
Los gobernadores salientes -con excepción de los de Querétaro y Tlaxcala-, lo mismo que la mayor parte de los alcaldes, incluyendo a muchos del Estado de México, enfrentan serios problemas presupuestales para pagar salarios y prestaciones a los funcionarios, las elevadas deudas públicas y a los proveedores y contratistas.
Son once de los 15 mandatarios estatales próximos a entregar los cargos quienes más dificultades tienen: deben decenas de miles de millones de pesos, y en su sexenio aumentaron en 40 mil millones de pesos sus deudas, con el preocupante caso de Jaime Rodríguez “El Bronco”, gobernador de Nuevo o León, cuyos créditos contratados representan cerca del 50 por ciento del monto global.
Información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y del área de la Cámara de Diputados Federal encargada de estudios sobre finanzas estatales y municipales atribuyen estos problemas a la mala planeación del gasto, ineficacia administrativa, derroches y omisión en el cobro de impuestos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador sostiene con frecuencia que corrupción, dispendios, falta de responsabilidad y ejercicio patrimonialista del poder son la causa de los ingresos estatales insuficientes, y recomienda honestidad, austeridad y eficaz aplicación de los fondos públicos como fórmula para obtener buenos resultados sin necesidad de endeudar a los estados.
Arturo Huicochea, titular del Instituto de Administración Pública del Estado de México (IAPEM) destacó que uno de los problemas que explican lo que están padeciendo los gobernadores y alcaldes salientes (también los reelectos) es el mal diseño de políticas públicas y programas, así como la falta de evaluación del desempeño y resultados de las autoridades estatales y municipales.
Hacienda y el propio presidente López Obrador aseveran que el argumento pretexto de los gobernadores y alcaldes de no recibir las participaciones a tiempo o de que se cayeron mucho estos ingresos, es falso, porque no se les ha dejado de entregar esos recursos con oportunidad y hasta por encima de los montos previstos.
La corrupción, ineptitud, mala planeación del gasto, despilfarros, incorrecta aplicación del presupuesto, ineficacia, ejercicio patrimonialista del poder y deficiente funcionamiento de las instituciones estatales y municipales caracterizan y explican esta situación de crisis actual en estados y municipios.
El elevado endeudamiento de las autoridades en esos dos órdenes de gobierno se contrajo justamente cuando más ingresos provenientes del gobierno federal se recibieron, y cuyo destino se desconoce.
Estas graves fallas de los gobiernos estatales y alcaldes tienen efectos perniciosos en las condiciones de vida de población de los estados y municipios, cuyas necesidades de obras y servicios públicos de calidad siguen sin atenderse.