*Le faltan dos años a su período y los pendientes son muchos.
De la redacción
El próximo jueves el gobernador Alfredo del Mazo Maza cumplirá 4 años en el poder estatal, y le restarán 24 meses para recuperar el tiempo perdido no sólo por la pandemia, sino también y principalmente por el escaso dinamismo, efectividad y eficiencia de su administración en la solución a los grandes problemas comunes de 17 millones de mexiquenses.
De acuerdo con un análisis de “El Espectador” a los resultados de encuestas sobre la percepción de los gobernados de las entidades federativas sobre sus mandatarios, el mexiquense está colocado debajo de lo que en el fútbol se diría “media tabla”.
Su gestión es calificada como buena sólo por el 39 por ciento de los mexiquenses de 18 años y más, mientras el 61 por ciento no considera exitosas sus acciones, a pesar de su frecuente, casi permanente costosa presencia en los grandes medios informativos de cobertura nacional.
Como este semanario lo publicó hace poco, Del Mazo Maza está ubicado en el casillero 24 entre los 32 gobernantes estatales, derivado de la persistencia de los problemas económicos y sociales de la abrumadora mayoría de habitantes del Estado de México, quienes en un alto porcentaje se debaten entre el desempleo y la pobreza.
Cuentan igualmente en esta mala percepción ciudadana sobre el desempeño del gobernante la inseguridad pública y alta incidencia delictiva, la ineficacia en la procuración y administración de justicia, la corrupción y la impunidad.
Una ligera revisión de “El Espectador” a las cuentas públicas anuales y a la tendencia alcista de los ingresos del Poder Ejecutivo del Estado, arroja que el mandatario ejerció ya en cuatro años fondos superiores al billón 200 mil millones de pesos, pero su impacto en las condiciones de bienestar de la población ha sido mínimo.
Los resultados de la gestión gubernamental son insatisfactorios, lo cual explica la baja aprobación a su desempeño por parte de los gobernados: apenas 39 por ciento, como se mencionó antes; es decir, le faltan 11 puntos porcentuales para contar con el respaldo de al menos la mitad de la población mexiquense, lo cual no ha logrado en cuatro años de gestión.
La pandemia de Covid-19 afectó el ritmo de trabajo, que tampoco era intenso antes; sobre todo, en la ejecución de proyectos de infraestructura para el desarrollo económico y social.
En el último tramo del sexenio de Del Mazo Maza dispondrá de mejores condiciones políticas e institucionales en el esquema y equilibrio de poderes, porque en el Legislativo Local no tendrá una oposición con mayoría simple ni calificada, como ocurrió hasta el 4 de este mes, aunque en realidad esa condición no fue obstáculo para el diseño, organización y ejecución de sus programas de trabajo: la oposición no fue hostil sino más bien, en ocasiones, hasta colaboracionista.
Para los mexiquenses, lo deseable es que intensifique el ritmo de trabajo en los últimos dos años y recupere parte del tiempo perdido, para atenuar al menos los numerosos, grandes y graves problemas sociales.