De la Redacción
Pasado mañana el gobernador Alfredo del Mazo Maza cumplirá cuatro años en el cargo. Le han pesado mucho el nombre y apellido, porque su abuelo y su padres también fueron mandatarios estatales e hicieron buenos gobiernos. El primero en la década de los cuarenta y el segundo, en la de los ochenta del siglo pasado.
El gobernador actual no puede evitar que la población de cierta edad compare su desempeño, no muy satisfactorio, con el de sus antepasados, quienes fueron extraordinarios políticos y eficientes funcionarios.
Tiene dos años por delante para recuperar el tiempo perdido, pero es cuestión de que convenza también a sus colaboradores de que el ejercicio del poder es para resolver problemas; es decir, servir a la población, no para enriquecerse desde el cargo.
En cuatro años del Mazo Maza ejerció ya más un billón 200 mil millones de pesos, pero esos cuantiosos fondos no se reflejan en las condiciones de vida de la población. Los recursos han sido tantos que no siempre se ha logrado gastar todo el dinero, de los remanentes del presupuesto tampoco se sabe nada, no han tenido impacto positivo en los mexiquenses, se evaporaron.