*En la Zona Oriente mexiquense hay situaciones que impide extender su uso.
De la redacción
El uso de la bicicleta como medio de transporte no contaminante es reducido en el Estado de México, especialmente en su Zona Oriente, de alta densidad demográfica y con severos problemas de congestionamiento vial.
En esa región mexiquense éste vehículo es utilizado sobre todo para ahorrar en el pago de tarifas del transporte urbano, de acuerdo con el académico e investigador Javier Romero Torres, del Centro Universitario Nezahualcóyotl de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
El especialista en temas de ingeniería y transporte atribuyó a una serie de factores adversos la falta de incremento de uso de la bicicleta y, señaló, no se tienen datos concretos que sugieran que durante la pandemia se haya tomado como un medio de transporte alternativo, aunque desde hace años su uso es creciente.
Romero Torres identificó a la mala infraestructura urbana, la inseguridad, la pobre cultura vial, el clima y hasta a los taxis y mototaxis como los factores que desalientan el uso de la bicicleta en el oriente mexiquense.
De la misma forma, el académico e investigador universitario, quien desarrolla sus actividades en las zonas urbanas más pobladas del Estado y conoce de cerca el problema, se refirió a la escasa expansión de la bicicleta como medio de transporte, pues de 2007 a 2017 pasó de representar el 1.4 por ciento al 3.0 por ciento de los viajes, según lo reportó el INEGI.
Al respecto, el profesor de tiempo completo de la UAEM dio a conocer que en México el uso de la bicicleta es obligado más por razones económicas que por su contribución al mejoramiento del ambiente.
“La mayoría de quienes la usan como medio de transporte lo hacen por razones de ingreso, para ahorrase unos pesos en su cadena de viaje y evitar el pago de tarifas del transporte colectivo”, abundó.
Reconoció que a nivel nacional la Ciudad de México es la entidad donde más acciones se ejecutan para estimular el uso de la bicicleta como medio de transporte, al contar con una importante red de ciclovías a la que, en términos generales, se le da mantenimiento, lo cual no ocurre en los municipios mexiquenses.
El académico e investigador dio a conocer que algunas estaciones del metro en la Ciudad de México cuentan con biciestacionamientos, en donde los usuarios pueden dejar sus vehículos con cierta seguridad.
“Se trasladan en bicicleta desde sus hogares hasta esas estaciones, con lo cual se ahorran los 12 pesos que cobran las combis, y luego abordan los vagones y continúan su viaje. Pero enfrentan problemas de falta de infraestructura, condiciones de tráfico e inseguridad, hasta el clima hace peligroso transportarse en bicicleta; a todo ello se suma la falta de empatía de los automovilistas, quienes no respetan la distancia sugerida, invaden las ciclovías y se estacionan en forma inadecuada”, concluyó.