*Deberá cumplir el pago de lo demandado en un órgano internacional, no se sabe si hubo tráfico de influencia en Jalisco.
De la Redacción
Una operación crediticia concretada en 2007 entre el empresario mexicano Héctor Cárdernas Curiel y el fondo de inversión “Lion México Consolidated” (LMC), de capital canadiense, fue el origen del fallo de un tribunal internacional que obliga a México a pagar 47 millones de dólares a ese fondo, más gasto por el juicio y pago de abogados, los cuales pueden elevar la cifra a 50 millones de dólares; es decir, unos mil millones de pesos.
El laudo arbitral ha sido muy comentado y difundido, pero casi todos los medios informativos ocultan el nombre del empresario que generó el conflicto y el cual ahora debemos pagar todos quienes cubrimos impuestos.
No se precisa que el conflicto se generó por operaciones entre particulares de hace 14 años, tampoco si Cárdenas Curiel será demando aquí por el gobierno tras el problema que generó y la deuda no pagada, que inicialmente fue por 32.8 millones de dólares, los cuales presuntamente iban a invertirse en dos edificios y un desarrollo tur´´ístico.
El financiamiento, que se aseguró con tres pagarés y sus respectivas garantías e hipotecas sobre tres inmuebles, se quiso recuperar con una demanda en el juzgado noveno de lo mercantil (local) de Jalisco, pero ese tribunal resolvió que hubo una reestructuración del crédito y canceló los pagarés.
El fallo de esa autoridad local, favorable a Cádenas Curiel, es lo que orignó la demanda en un tribunal internacional, el cual dio por bueno el argumento de la demandante en el sentido de que la justicia mexicana le denegó justicia y violó disposiciones del TLCAN, porque no le dieron un trato justo y equitativo. Y por ello condenó al gobierno mexicano a pagar las sumas mencionadas, mientras el deudor particular ni suda, ni se acongoja, ni siquiera es mencionado en los medios informativos.
