Maximiliano Castillo R.
El sometimiento de los presidentes de la República al poder económico y su vertiente mediática en este siglo llegó a tanto que, en un parque de la delegación Venustiano Carranza de la Ciudad de México, se erigió una enorme estatua de José Francisco Healy Ortiz, dueño de “El Universal”.
Con ello lo elevaron a rango de héroe al ahora opositor y calumniador del presidente Andrés Manuel López Obrador, por considerarlo defensor de la libertad de expresión.
La verdad es que el propietario de ese matutino estuvo siempre vinculado y defendió al poder público. Él mismo reveló que se hizo de “El Universal” porque el presidente Gustavo Díaz Ordaz le regaló las acciones que el gobierno federal tenía en la empresa periodística.
Eso da una pista del por qué calumnió al movimiento estudiantil de 1968, e incluso presentó la masacre de estudiantes en Tlaltelolco como producto de un enfrentamiento entre manifestantes y y guardianes del orden.
Ealy Ortiz acumuló un inmenso poder y gran fortuna a partir de esas relaciones con el poder público, privilegio que terminó con el triunfo de López Obrador y su llegada al poder en diciembre de 2018.