Inundaciones, por Causas Estructurales como la Corrupción, los Cotos Políticos y la Necesidad

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*En el análisis se olvida lo obvio: la población fue a zonas inundables, no al revés.

De la redacción

El análisis sobre las inundaciones es superficial y se detiene en lo obvio: que si las autoridades pudieron prevenir estos fenómenos, que si atendieron con celeridad a los afectados y que si el apoyo fue suficiente. Pero no revisan sus causas estructurales.
No examinan el problema en su contexto de causas, como la corrupción de las autoridades de todos los niveles, que permitió el cambio de uso de suelo, para autorizar asentamientos humanos en zonas de alto riesgo, la falta de una buena planeación urbana y los intereses políticos y sus fines electorales, que dejaron el poblamiento de zonas inundables, sin servicios y tenencia de la tierra irregular.
Podemos irnos más atrás para examinar la contribución a la anarquía en el crecimiento de las ciudades que hizo la quiebra del campo en la segunda mitad del siglo pasado, producto, a su vez, del abandono gubernamental al trabajo productivo rural, lo cual explica el éxodo de familias campesinas hacía las zonas urbanas y al extranjero, amén de la dependencia alimentaria del extranjero, comentó Jorge Iván Frausto Leal, analista de “El Espectador”.
Por su parte, Silvia Ribeiro, científica y ambientalista internacional, asesora de agencias internacionales públicas y privadas especializadas en el tema, consideró que “el propio cambio climático -cuyas consecuencias son ya desastrosas por exceso de lluvias, inundaciones y sequías- es ocasionado por errores monumentales de las políticas públicas para la producción de alimentos de origen rural y la rapacidad de los grandes intereses dominantes en el mercado mundial alimentario”.
“Parece una obviedad, pero cuando se examina en forma epidérmica el problema de las inundaciones se olvida que fueron las casas las que se asentaron en las márgenes de ríos, arroyos, canales y lechos de lagos, no al revés. Si esas zonas pobladas por la corrupción de autoridades no tuvieran asentamientos humanos, los desbordamientos de esos cuerpos de agua no inundarían viviendas”, explicó Frausto Leal.
La actuación de las autoridades en cada caso debe analizarse y criticarse, si cabe, pero la reflexión debe ser más profunda e ir a las causas de los fenómenos, comenzando por la de la corrupción que autoriza la urbanización y construcción de zonas inundables, en lo que intervienen igualmente intereses políticos, que protegen a fraccionadores con fines clientelares y electorales, abundó el también académico.
Ribeiro atribuye en mucho el cambio climático, que alteró los ciclos y regímenes de lluvias, cuyas las consecuencias son las inundaciones, las sequía, la deforestación y contaminación, a la modificación radical de los hábitos alimentarios, inducidos por los poderosos intereses económicos de la industria de comida procesada a escala global y a los irracionales sistemas productivos.
Frausto Leal, por su parte, llamó la atención sobre la ausencia de debate sobre los factores que contribuyen poderosamente a las inundaciones: el cambio de uso de suelo de su vocación agrícola, ganadera o forestal a habitacional, que ocasiona la pavimentación de enormes superficies, que antes enriquecían las reservas de aguas subterráneas, y que ahora al impermeabilizarse no permiten la infiltración del líquido al subsuelo.
Por lo mismo, las extensiones pavimentadas acumulan grandes volúmenes pluviales en muy corto tiempo y propician su rodamiento acelerado hacía los drenajes, arroyos, ríos y canales, que son rebasados en su capacidad de desalojo, además de que la deforestación de las zonas elevadas no retarda la bajada de aguas de lluvias y también desbordan los sistemas de desalojo de aguas, concluyó.

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