*En el sur del Estado pararon obras de rehabilitación y conservación de caminos.
De la redacción
Grupos delictivos le arrebataron al Estado los monopolios de los cobros en materia fiscal y el del uso de la fuerza en ciudades y regiones del país. El fenómeno no es nuevo, pero persiste a pesar de los esfuerzos por erradicarlo, según un seguimiento de “El Espectador” al tema.
Lo ocurrido en el sur de la entidad mexiquense, en donde la delincuencia organizada no permite el inicio de obras de rehabilitación, conservación y mantenimiento de carreteras, es un ejemplo cercano.
El cobro de impuestos es monopolio exclusivo de las autoridades federales, estatales y municipales, según la materia. No obstante, una de las modalidades de las actividades ilícitas organizadas implica la usurpación de esas facultades del Estado México. Aplica un gravamen a empresas y, en algunos lugares, como Acapulco, Guerrero, hasta a los salarios que cobran los maestros.
El área del Poder Ejecutivo mexiquense del ramo informó a diputados locales que las obras de rehabilitación, mantenimiento y conservación de las carreteras de la región sur, contratadas a precios exorbitantes por el gobierno a particulares, no pueden arrancar en la práctica, porque un grupo delictivo exige un pago previo de una cuota.
El caso llegó al pleno de la 61 Legislatura Local, pues fue la misma quien autorizó al Poder Ejecutivo del Estado contratar a una compañía particular para ejecutar esos trabajos, por los cuales pagará 15 mil millones de pesos en 12 años.
El inicio del programa de rehabilitación, mantenimiento y conservación de mil 637 kilómetros de carreteras estaba programado para diciembre del 2020, y la autorización legislativa se otorgó desde marzo del mismo año.
No obstante, los trabajos arrancaron hasta febrero de este año, pero todo quedó en la ceremonia, porque las obras siguen paradas, y de acuerdo a la información proporcionada por el Ejecutivo al Legislativo, delincuentes les exigen dinero a las constructoras para dejarlas trabajar.
Es decir, intentan aplicar un impuesto, que sólo pueden cobrar las autoridades, porque es monopolio constitucional, el cual y en la práctica han usurpado grupos delictivos en muchas ciudades y regiones del territorio nacional, de manera ahora evidente y oficial en el Estado de México.
También el monopolio de la fuerza del Estado es roto con frecuencia por organizaciones dedicadas a delinquir, que utilizan armamento de alto poder y someten con el uso de armas a las poblaciones en donde actúan y controlan.
En el Estado de México, además de la paralización de las obras citada por delincuentes, con frecuencia se denuncian actos de extorsión a dueños de comercios, a quienes les fijan altas cuotas mensuales o semanales para dejarlos desarrollar sus actividades. Grupos e individuos usurpan funciones de una especie de cobro de impuestos, lo que sólo pueden hacer las autoridades.