*Nuca la integración de comisiones legislativas había demorado un mes.
De la redacción
La integración de las comisiones legislativas de estudio, análisis y dictamen de iniciativas de la representación popular mexiquense nunca se había demorado tato como ahora. Se resolverá el problema con un mes de retraso, por desacuerdos entre las bancadas partidistas.
Estos espacios de poder interior de la Legislatura Local son imprescindibles para tramitar todo tipo de iniciativas de reformas, de nuevas leyes y de puntos de acuerdos, entre otras tareas legislativas. Puede en determinadas circunstancias aprobarse un asunto, con el razonamiento de “obvia y urgente resolución”, con dispensa del trámite de las comisiones y dictamen, pero no para el trabajo normal, por ello este atraso perjudicó el quehacer legislativo.
De acuerdo a un seguimiento de “El Espectador” al tema de la integración y presidencias de las citadas comisiones, dos factores fueron determinantes para la posposición de este importante asunto, y obligaron incluso a mantener abierta, pero en receso, a la segunda sesión del primer período ordinario de la nueva Legislatura (muchos abogados sostienen que eso no estuvo fundado en la norma interna de la institución):
La pérdida de la mayoría legislativa calificada y simple que Morena y sus aliados tuvieron en la anterior representación popular; y la no reelección de diputados locales de esos partidos, haya sido por derrotas en sus distritos, no haber sido postulados para reelegirse o por dejar las curules para ser candidatos a alcaldes.
El análisis de este semanario concluye que si Morena y sus acompañantes hubieran obtenido el mismo número de legisladores en las elecciones del 6 de junio de este año, ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD hubieran peleado con tanta vehemencia las cabezas de las 35 comisiones y 5 comités.
Al no conseguir ni la mayoría simple, y colocarse la coalición PRI-PAN-PRD en votos y triunfos por encima del morenismo, las negociaciones se complicaron en extremo, y el puro Argumento de que Morena tiene la mayor bancada no fue suficiente para convencer a sus adversarios (antes adversarios también entre sí) de que debería mantener con sus aliados las cerca de 20 presidencias de comisiones, incluyendo las de mayor peso estratégico.
El otro factor poderoso que complicó los acuerdos para integrar comisiones y elegir presidentes fue la no reelección de diputados morenistas y petistas que encabezaban varias de las comisiones: ya no ocupan las curules que tenían hasta el 4 de septiembre, dejando vacantes las presidencias de éstas.
No hubiera sido lo mismo negociar la conservación de esas posiciones, que buscar un acuerdo cuando ya estaban acéfalas. Todas estas condiciones cooperaron en contra de los intereses partidistas de Morena.
Si al final no se hubiera logrado el acuerdo, los dos bloques se habrían visto obligados a presentar al pleno cada quien su propuesta, para decirlo en votación, lo cual hubiese sido legal y válido, pero inconveniente para esa institución colegiada de representación popular.