*La campaña de desinformación raya en el cinismo.
De la Redacción
La iniciativa de reforma constitucional para fortalecer a la CFE, recuperar la rectoría del Estado en materia de energía eléctrica, garantizar el suministro a corto, mediano y largo plazo y suprimir la transferencia de fondos públicos a empresas privadas que participan en el sector, generó rabiosas reacciones de las cúpulas de las organizaciones empresariales.
El empresariado nacional, e internacional, y sus brazos electorales, en especial del PAN y del PRD, iniciaron en los grandes medios informativos una campaña de desinformación, basada en información falsa que sostiene se trata de una expropiación, cuando no se tocará a las compañías privadas, las cuales deben competir por los contratos para vender energía a la CFE.
La campaña incluye mensajes destinados a confundir a la población, como esa versión de que se expropiarían los paneles solares que se han instalado en hogares y comercios en distintas partes del país, lo cual es completamente falso y sin sustento, pues de principio la reforma respetará los contratos actuales con particulares, además la figura permanecerá, siempre y cuando la generación de estos no exceda los límites establecidos.
Tampoco es cierto eso de que el precio de la energía se disparará en los hogares, pues la propuesta busca más bien que los grandes consumidores paguen por lo menos los mismos precios que los hogares y pequeños comercios y, eventualmente, los subsidios se dirijan a los hogares más pobres y no a los corporativos y empresarios más acaudalados.
La campaña exalta la necesidad de la participación de las empresas particulares en el mercado energético, sin tomar en cuenta los ejemplos europeos del desastre que resultó para los hogares la privatización de el servicio, con el ejemplo más directo de España, donde Iberdrola -uno de los principales opositores a la reforma en México- domina el mercado y el gasto de los hogares en electricidad se ha incrementado en 500%.