*La renta de aeronaves era solo un mecanismo más para sangrar las finanzas del estado.
De la Redacción
No debe sorprender si el ex gobernador Michoacano, Silvano Aureoles Conejo, termina en la cárcel por los malos manejos de su administración. Dejó un boquete de 50 mil millones de pesos y, a ejemplo de cómo se la gastaba, su sucesor en el cargo, Alfredo Ramíres Bedolla, reveló que tan sólo en transporte aéreo personal, de sus amigos y familiares el perredista gastó mil 250 millones de pesos en el sexenio.
Lo peor: entregó el contrato para renta de aviones y helicópteros a una empresa la cual se constituyó sólo 14 días antes de la firma del documento; es decir, no reunía ni las horas de vuelo exigidas por ley a los proveedores de esta materia.
Hay sospechas de que en realidad la empresa es de él, y la operaron prestanombres, pues las cláusulas del contrato fueron leoninas para el gobierno. Tenía asignadas 50 horas de vuelo mensuales y, si rebasaba las horas pactadas, debía cubrir tiempo extra a precios descomunales. Además, corrían por cuenta del cliente las reparaciones y el mantenimiento. Por si fuera poco, en caso de pérdida total de alguna aeronave, las autoridades michoacanas debían pagar el precio que costó de nueva.
Aureoles Conejo fue postulado por el PRD, pero quien lo impuso como candidato y lo hizo ganar fue Luis Videgaray Caso, de quien el michoacano era incondicional cuando como diputado federal encabezó una comisión legislativa relacionada con la SHCP, cuyo titular era Videgaray.