*El cineasta cumplió los 84 años el pasado julio.
De la Redacción
El fallecimiento del cineasta Felipe Cazals la semana pasada representó una gran pérdida para la cinematografía nacional. Fue un gran realizador, con cintas que fueron y son referencia.
Su desaparición física se agrava porque de enero del 2020 a este mes, con él, suman tres los grandes cineastas mexicanos que dejaron de existir. En enero del año pasado murió Jaime Humberto Hermosillo y en abril siguiente, Gabriel Retes.
El trío fue fundamental en la consolidación del nuevo cine mexicanos y sin ellos no se hubieran filmado películas como “Canoa”, “El Apando”, “El Bulto”, “Ciudad al Desnudo”, “Bienvenido-Welcome”, “Las Poquianchis”, “Los Motivos de Luz”, “La Pasión Según Berenice” y “Bandera Rota”, entre oras importantes obras cinematográficas.
En sus películas expusieron realidades duras, como la represión, la intolerancia, las difíciles condiciones de vida de la mayor parte de los mexicanos y, en el caso de Cazals, se introdujo una nueva mirada al ya entonces grave problema de la trata de personas con fines de explotación sexual, protegida por los poderosos, como lo expuso en “Las Poquianchis”, cuyo tratamiento cinematográfico sacó de la nota roja el problema de la prostitución, posibilitada por la protección de las autoridades.
