COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
ACIERTO Y EQUÍVOCO DE HIGINIO AL CONSTRUIR
SU CANDIDATURA: NO PRIVILEGIA A MORENA
El presidente Andrés Manuel López Obrador recorrió varias veces el país en sus tres campañas presidenciales. La cercanía lograda con el pueblo y sus condiciones naturales de dirigente le permitieron construir el más poderoso liderazgo social, político y electoral a escala nacional en al menos los últimos 80 años. No ganó en 2006, ni en 2012, pero su arraigo popular favoreció a muchos cuadros del PRD y de Morena para ganar gubernaturas, senadurías, diputaciones federales y locales y alcaldías de importantes municipios, incluidas capitales de estados.
Se convirtió en un fenómeno en esos temas, no analizado suficientemente o desapercibido por sus seguidores y adversarios. Sumadas las tres elecciones (2006, 2012 y 2018) superó los 61 millones de votos, a pesar de las campañas negras desplegadas en los grandes medios informativos, basadas en calumnias, exageración de errores, cuya expresión más falsa, pero creída por millones de mexicanos, fue la de que era “un peligro para México”. Ningún político ha acumulado siquiera la mitad de esos votos.
El ejemplo de los exitosos recorridos del tabasqueño por el territorio nacional inspiró a quien fue su contendiente por la presidencia de la República en 2018, el panista Ricardo Anaya Cortés, quien también quiso repetir ese trabajo, con miras a la contienda de esa misma jerarquía del 2024, pero las cosas no le resultaron como esperaba.
Nadie lo tomó en serio y los “memes” se lo acabaron antes de conocerse lo de sus problemas penales por enriquecimiento ilícito, generados por senadores del PAN, para debilitarlo y favorecer las aspiraciones del candidato externo del PRI, José Antonio Meade, por órdenes del presidente Enrique Peña Nieto.
Cuadros del propio PAN comentaban que Anaya Cortés conocería en sus recorridos toda la pobreza y marginación acumulada, y con ello lo más seguro era que terminara no como candidato presidencial, sino afiliándose a Morena para resolver esos problemas de desigualdad e injusticia, generada por malas políticas públicas del PRI y del PAN.
Ahora a escala estatal es el senador Higinio Martínez Miranda quien imita a López Obrador. Recorre el Estado para construir su candidatura a gobernador para el 2023. Es un acierto acercarse a la población, pero parece un error anteponer aspiraciones personales, legítimas y todo, por encima de la urgencia de reconstruir a Morena, después de los malos resultados obtenidos en las urnas el 6 de junio de este año.
El partido fundado apenas hace 7 años por López Obrador obtuvo el mayor número de votos, pero quedó muy lejos de alcanzar la mayoría de los sufragios en las elecciones legislativas locales y de ayuntamientos. Perdió cerca de la mitad de los sufragios obtenidos en 2018, y si se hubiera tratado de la elección de gobernador, la coalición PRI-PAN-PRD habría ganado claramente. Ahí está como prueba la pérdida de la mayoría calificada y simple en el Legislativo y de los municipios de mayor presupuesto, incluyendo a la ciudad asiento de los poderes estatales.
El sentido común sugiere que más que construir una candidatura, los cuadros morenistas deben privilegiar el trabajo organizativo partidista, pues actualmente ni siquiera tiene consolidado su liderazgo estatal institucional, ni estructura directiva en los municipios y secciones electorales, indispensable para crear las condiciones para triunfar en 2023.
No hay autocrítica, ni responsables del desplome de la votación de Morena en el Estado de México, ni percepción de que las posibilidades de ganar en 2023, que parecían enormes todavía en mayo de este año, se redujeron mucho por la alianza de los adversarios suyos e históricos entre ellos, y que seguramente mantendrán para la elección de gobernador, porque se trata de una especie de matrimonio por conveniencia