Medios Informativos Sometieron a Presidentes – Maximiliano Castillo

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MEDIOS INFORMATIVOS INVIRTIERON MUCHO PARA
SOMETER A LOS PRESIDENTES: AMLO IGNORA ESTO
MAXIMILIANO CASTILLO R.

Con frecuencia el presidente Andrés Manuel López Obrador sostiene en sus conferencias mañaneras que los grandes medios informativos aplaudieron a los gobiernos neoliberales corruptos y callaron como momias los estragos ocasionados a los mexicanos por las políticas claramente antipopulares, que llevaron al país a la quiebra, que si no llegó a ser total fue porque el pueblo despertó y voto en contra de los neoliberales en la elección presidencial de 2018.
No es exactamente así: los grandes diarios impresos, cadenas nacionales de televisión y de radiodifusoras sí formularon críticas a los gobiernos de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, pero como estrategia para adquirir credibilidad, lectores, televidentes y radioescuchas, fortalecerse políticamente y así someter y poner al servicio de sus intereses y de los intereses que los patrocinan a las instituciones públicas y a los propios presidentes de la República.
Fueron exitosos persiguiendo esos objetivos, porque al final ellos mandaban y decidían las políticas públicas en materia económica, además de obtener ríos de dinero en publicidad, en contratos para vender al poder público bienes y servicios, para la construcción de obras públicas con excesivos sobreprecios y para recibir concesiones diversas, desde para explotar minas, el espacio radioeléctrico, bosques, aguas y, sobre todo, para no pagar impuestos, como ya se ha comentado en varias ocasiones “El Espectador”.
Adquirir o recuperar credibilidad les costó mucho a las empresas mediáticas. Invirtieron mucho dinero en la contratación de columnistas, articulistas, editorialistas y analistas con prestigio. Muchos de estos personajes ganaron y ganan lo que nunca soñaron, haciendo lo que les gusta: hacer críticas al poder público a partir del año 2000.
Estos antecedentes los desconoce o no les da importancia el presidente López Obrador, y por eso se equivoca al sostener que no había crítica a los gobiernos en los grandes medios informativos. La hubo, y eso fue lo que fortaleció e hizo temible a los grandes medios informativos y a muchos de sus colaboradores. Eso les permitió someter a las instituciones y a los propios mandatarios del país. Los doblegó el poder fáctico mediático, al servicio del fáctico económico.
La crítica mediática anterior fue diferente a la actual en sus fines, sus destinatarios y sus resultados. Cuestionó al poder público como táctica de su estrategia destinada a obtener grandes beneficios económicos y políticos de las instituciones; sobre todo, de los gobiernos panistas y priista de este siglo, cuyos presidentes fueron débiles políticamente por el escaso respaldo popular con que arribaron al cargo y sus políticas favorables casi exclusivamente a los grandes intereses económicos.
La crítica de ahora tiene como objetivo estratégico el de recuperar sus privilegios y los de los grandes intereses económicos de los que forman parte o reciben patrocinio. En esto tiene razón el presidente López Obrador, porque no se trata de críticas al desempeño gubernamental, sino de ataques basados en calumnias, ofensas, insultos, desinformación y grandes mentiras difundidas en forma sincronizadas por casi todos los medios.
Parten del convencimiento de que no someterán al presidente, como pudieron hacerlo con Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, pero sí de debilitarlo y perjudicar a su partido, para que sea derrotado por la coalición de derecha en la elección presidencial del 2024, porque saben que no podrán derrotarlo en la consulta para revocación de mandato.
La crítica periodística existió en el pasado, pero con otros objetivos. La estrategia fue exitosa, y lo fue inclusive para impedir el triunfo de AMLO en 2006 y 2012, pero ya no lo es, y la credibilidad que adquirieron o recuperaron los medios informativos con una fuerte inversión, la perdieron, salvo en los segmentos poblacionales que no quieren al tabasqueño.

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