1-Desde 2018 algunos de los penales mexiquenses, como los de Ecatepec, Tlalnepantla y Chalco tienen inhibidores de señal de telefonía celular. A pesar de eso, el 80 por ciento de las extorsiones telefónicas se perpetran desde el interior de las cárceles del Estado, prueba de la alta corrupción prevaleciente en el sistema penitenciario mexiquense.
2-No otra cosa explica la posesión de teléfonos celulares en manos de los presos, especialmente de los más peligrosos. Pero aun si la corrupción de las autoridades se limitara a tolerar el ingreso de esos aparatos, si funcionarán los sistemas inhibidores, las llamadas de extorsión simplemente no saldrían.