*En ingresos sólo es superado por el único que lo derrotó: Floyd Mayweather.
De la redacción
Desde que proliferaron las organizaciones mundiales de boxeo, ser campeón planetario absoluto ha sido extremadamente difícil, por la resistencia de las mismas a perder a sus monarcas y, consecuentemente, el negocio. Por eso no se unifican los títulos mundiales y, también por eso, ningún pugilista latinoamericano había concentrado las cuatro coronas: lo logró el 6 de este mes Saúl “Canelo” Álvarez.
Lo vieron millones de aficionados mexicanos al box noquear en el undécimo round al estadounidense Caleb Plant, quietarle lo invicto y la corona supermediana de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), en Las Vegas, Nevada. Así la añadió a las que poseía: del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
CAMPEÓN TAMBIÉN EN GANANCIAS.
El jalisciense es también una mina de oro. No se exagera si se sostiene que después de Floyd Mayeather (el único que lo ha derrotado), su carrera boxística es la segunda mejor administrada de la historia.
Firmó su pelea con Caleb Plant por 41 millones de dólares, más otros ingresos colaterales. Se trata de una suma descomunal, que no ganan campeones mundiales considerados los mejores libra por libra.
México ha tenido grandes campeones mundiales, y se considera a Julio César Chávez el mejor de la historia del boxeo mexicano, pero en toda su trayectoria profesional el sonorense no ganó ni 10 millones de dólares.
Rubén Olivares, uno de los muchos boxeadores irresponsables del país, considerado el mejor peso gallo de la historia del boxeo, por encima del brasileño Eder Jofre y del puertorriqueño Wilfredo Gómez, jamás ganó más de un millón de dólares por combate, mientras el “Canelo” recibe decenas de millones de dólares por pelea.
FORTALEZA Y PREPARACIÓN, SUS ARMAS
Los apologistas del “Canelo” lo ubican como el mejor del mundo, libra por libra, pero eso no es real. El mexicano es fuerte, con poderosa pegada, valiente, que sigue aprendiendo, con una resistencia granítica, apego al gimnasio y con gran capacidad combativa, pero tiene igualmente grandes limitaciones, entre ellas: no sabe utilizar el jab, cuyo dominio caracteriza a todos los grandes boxeadores, por lo cual falla muchos golpes.