COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
MONREAL, BUEN POLÍTICO, PERO CON DEMASIADA
AMBICIÓN, PONE EN RIESGO UNIDAD DE MORENA
Ricardo Monreal Ávila no sería senador, coordinador de sus pares de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Senado de la República sin el apoyo de su partido y del presidente Andrés Manuel López Obrador. El ex gobernador de Zacatecas lleva unos 20 años luchando al lado del tabasqueño, pero son mayores los beneficios obtenidos de esa relación personal que sus aportaciones a la lucha por transformar al país.
Tampoco su hermano David fuera gobernador de Zacatecas sin el respaldo del tabasqueño. El primero también ha sido legislador federal por la misma popularidad del ahora presidente de la República, después de que como López Obrador, con su hermano, abandonaran al PRI, pero como muchos otros, cuando ya se había consumado el fraude de Carlos Salinas de Gortari en contra de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1988 y se había fundado el PRD, en 1989.
Ricardo Monreal es un político experimentado, con cualidades para su actividad, pero tiene como principal defecto una descomunal ambición de poder, que antepone a cualquier otra consideración. En estos momentos no sería morenista si no le hubieran entregado las relevantes posiciones que ostenta, cuando amenazaba con irse del partido, después de que no pudo ser candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de México, como paso para lograr su ambición de ser presidente de la República en el otoño de 2024.
Esa ambición desmedida genera desconfianza hacía el zacatecano al interior de Morena, según han comentado a este espacio cuadros de ese partido. Ese resquemor no es gratuito; al contrario, el propio líder de la JUCOPO del Senado se ha encargado de generarlo, pues en varias ocasiones ha dejado entrever que será candidato presidencial en 2024, por o en contra de Morena.
Puede anticiparse que no será abanderado presidencial del partido en el poder, precisamente, porque el morenismo nacional no confía en la lealtad y fidelidad de Monreal a los objetivos estratégicos de la cuarta transformación. Creen que si es candidato de Morena o de cualquier otro partido y gana, será una especie de Lenín Moreno, de Ecuador, el político impulsado por Rafael Correa, y que cuando ganó la presidencia de su país, se entregó a la derecha y persiguió a su protector y ex jefe, y traicionó a las causas populares del pueblo ecuatoriano.
Desde ahora el senador rechaza que se elija al candidato presidencial de Morena mediante encuestas, método previsto en los estatutos para evitar divisiones. Sería válido si exigiera transparencia, objetividad, imparcialidad, rigor y veracidad en esas muestras, pero no que exija se desechen y apliquen modalidades electivas internas a su gusto y medida de sus ambiciones: teme perder.
Por ello, llegado el momento, no tendrá escrúpulos para ser abanderado de la alianza que impulse la ultraderecha empresarial mediante sus brazos electorales PRI-PAN-PRD, o bien por MC dentro de la estrategia para restarle votos al abanderado de Morena, a modo que gane “Va por México”. Monreal es consentido de los grandes medios informativos y no lo critican conocidos columnistas mercenarios. Eso le genera más desconfianza interna.