*Dejó dudas lo del gol en fuera de lugar y un penal no marcado a favor del León.
De la redacción
El Atlas puso fin a 71 años de sequía en cuanto a títulos de liga. Lo consiguió el día 12, en que se festeja a la Virgen de Guadalupe y Guadalajara estaba de luto por la muerte del cantante Vicente Fernández, después de dominar ampliamente al León. No obstante, por momentos parecía que no llegaría la corona, porque sus delanteros fallaron numerosas oportunidades de gol. Ganó en penales y con dudas sobre un fuera de lugar en el gol y un penal no marcado a favor del rival
Abrumaron a las fieras con sus ataques envolventes, y sólo la mala puntería de su delantera y la gran actuación del arquero Cota evitaron que la coronación fuera por goleada. Zaldívar, uno de sus jóvenes jugadores que generalmente entra de cambio, falló un cabezazo a un metro de distancia de la portería abierta, sin arquero.
Fue tan defectuoso el remate, que si Cota no lo detiene, el balón habría salido por la banda. El ahora campeón no debió llegar a los tiempos extras, y menos a los penales, pero no aprovechó su dominio apabullante, ni siquiera cuando el León se quedó con 10 hombres, porque el bulto o tronco apellidado Gigliotti se hizo expulsar por doble tarjeta amarilla, ganadas a pulso por torpeza.
Los tiempos regulares y los dos extraordinarios terminaron con la ventaja de sólo un gol para el equipo jalisciense, porque su dominio en la cancha no lo reflejó en la portería rival, y así se llegó a los penales. Antes de las tandas de penales, obligadas por el marcador global empatado a tres goles, los aficionados atlistas revivieron el fantasma de aquel título que perdieron frente al Toluca en 1999 en penales.
Y más por la falla de su primer ejecutante, Rocha, uno de sus mejores hombres, cuyo disparo salió por un lado de la portería. Los seguidores del Atlas sudaron frío. Pensaron que llegarían a 72 años sin ganar una corona, pero Navarro y Montes, dos buenos futbolistas que han estado lesionados, erraron sus tiros y le permitieron al popular conjunto rojinegro alzarse con el campeonato.
El equipo del Bajío sufrió para poder calificar directo a la liguilla, porque durante el torneo volvió a evidenciar su descuidado juego, con una defensa que da muchas facilidades al rival y futbolistas que parecen jugar para los rivales, como es el caso de Gigliotti, un verdadero bulto que les vendió, por malo, Valentín Díez Morodo, pues fue un fracaso total también en Toluca.
Meneses, otro jugador extranjero, es hábil, pero improductivo y peleado a muerte en la cancha con el sentido común. No suelta el balón a los compañeros. La mantiene hasta que se la quitan, y da malos pases: al compañero que tiene más marca; si se requiere una pelota suave y medida, tira verdaderas pedradas; y cuando tiene que enviarla fuerte, la tira suave y los rivales la interceptan o de a tiro, se las entrega. Y no se diga sus fallas frente a la portería. Con jugadores de esta clase no pueden ganarse campeonatos; sobre todo, si no hay muchos otros buenos futbolistas que compensen sus deficiencias.
