*Creado en 2003, ante los frecuentes accidentes registrados en la pirotecnia.
De la redacción
A 18 de su fundación, el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia no ha cumplido con su principal obligación: prevenir accidentes en toda la cadena de la actividad pirotécnica. Las explosiones en polvorines, talleres y la quema de cohetones continúan, de acuerdo con un recuento de este semanario sobre la explosión accidental de estos productos.
Como prueba de ello están los siete accidentes ocurridos de octubre a la fecha, con saldo de muertos, lesionados y daños materiales, especialmente en el municipio de Tultepec, considerado la capital pirotécnica del país, en donde en diciembre de 2016 ocurrió la mayor tragedia registrada en esta actividad, a escala nacional.
Hace exactamente 5 años, como hoy, un 20 de diciembre de 2016, una explosión arrasó el mercado de San Pablito, el más grande de México. Todavía el número exacto de personas fallecidas por la conflagración se desconoce, pero oficialmente rebasó los 40, con más de cien heridos y decenas de desaparecidos y cuantiosas pérdidas de los artesanos y vendedores de juegos artificiales.
Para esa fecha el Instituto Mexiquense ya llevaba 13 años de creado por instrucciones del entonces gobernador Arturo Montiel Rojas, con los objetivos precisos de evitar los accidentes, capacitar a los artesanos dedicados a la pirotecnia investigar técnicas seguras de elaboración y sobre la calidad de la pólvora utilizada.
En diciembre de 2016, pocos días antes de la Navidad, el mercado de San Pablito recibía miles de personas quienes acudían a comprar juegos pirotécnicos para utilizarlos en las festividades navideñas. Por eso entre las personas fallecidas y lesionadas estuvieron clientes y vendedores por igual.
Poco después de la tragedia se dio a conocer que los accidentes eran frecuentes porque los artesanos pirotécnicos utilizaron pólvora más potente y explosiva que antes, en artefactos que concentraban mayor cantidad del insumo, lo cual los hacía más riesgosos para todos los involucrados en esta actividad económica específica.
En este escenario, el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia debía vigilar el cumplimiento de las normas en la actividad, desde la realización de estudios para mejorar la legislación aplicable, el tipo de explosivo, la seguridad en la elaboración de los productos, su transporte, comercialización y consumo (quema).
No obstante, la explosión de polvorines, talleres, productos en tránsito y en las quemas en festividades han continuado desde 2003 a la fecha, porque se han puesto al frente, no a especialistas, sino a políticos a quienes no les encuentran acomodo en otras dependencias o áreas gubernamentales.