*La estrategia basada en inducción de miedo fracasó por desgastada.
MAXIMILIANO CASTILLO R.
En una reunión de académicos de la carrera de comunicación social nos ilustraron a varios amigos sobre las razones por las cuales los hombres dueños de la riqueza de México y sus escuderos, los partidos políticos y sus medios informativos, fracasaron en su objetivo de arrebatarle a Morena la mayoría simple en la Cámara de Diputados Federal y en la lucha por impedir el aumento de sus gobiernos estatales
No se puede estar en desacuerdo con sus reflexiones, porque efectivamente, como coincidieron en señalar los expertos, PRI-PAN-PRD olvidaron una premisa fundamental en la comunicación política: una estrategia exitosa en un momento dado se desgasta y ya no sirve cuando se comprueba su falsedad.
La inducción del miedo, recordó y explicó uno de los expertos, le funcionó bien en la campaña electoral por la presidencia de la República en 2006, con aquello de “López Obrador es un peligro para México”. Metió miedo incluso entre los mexicanos de bajos ingresos, pero se agotó como recurso de la guerra sucia.
Otro maestro universitario añadió al respecto: “también es incorrecto atribuirle a esa frase de Morrison y Antonio Sola la victoria de Felipe Calderón Hinojosa sobre López Obrador, puesto que fueron muchos factores los cuales se combinaron, y lo decisivo fue la participación ilegal de las cúpulas de la I.P. en el financiamiento de esa ‘campaña negra’, más la facciosa intervención del entonces presidente Vicente Fox Quesada”.
Hubo un descomunal fraude que cometieron los gobernador del PRI de Tamaulipas, Durango y Coahuila, para favorecer a Calderón, como lo mostraron llamadas telefónicas de Pedro Cerisola con ellos y de Elba Esther Gordillo, entonces poderosa e intocable dirigente SNTE, quien les ordenó a esos mandatarios operar la votación a favor del PAN.
Otro académico comentó que el propio Vicente Fox Quesada, ya como expresidente reconoció que él influyó para impedir el triunfo de López Obrador, lo cual se facilitó con la campaña basada en el miedo, y que se creyeron la mitad de quienes votaron. No obstante, comentó otro experto, “esas mentiras en campañas ya no son creídas, y revivirlas fue una gran torpeza de Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano”.
Otro de los expertos enumeró las mentiras que ya no creyeron, ni podían creer los electores. Fueron frases como “Morena es la desgracia de México”, “Morena está destruyendo a México”, “López Obrador es un peligro para la democracia” y “López Obrador es un peligro para las libertades”. Esas viejas fórmulas no podían tener éxito, por estar apartadas de la realidad, explicó.
“La población no siente que se esté destruyendo México, ni que Morena sea una desgracia para México, y en el colmo de la falta de sentido común y de menosprecio a la inteligencia de los votantes, los mismos que calumnian, difaman y dicen mentiras sobre López Obrador, alertan sobre el peligro de la libertad de expresión, cuando llevan casi 3 años criticándolo, sin ser reprimidos. En esas circunstancias, su estrategia para inducir al miedo estaba condenada a fracasar”, concluyó.