*También en los parques y jardines dejan basura de los hogares.
De la redacción
Las calles de ciudades mexiquenses, especialmente de la capital del Estado, están llenas de basura, pero ello no se explica solo por deficiencias en la recolección de la misma por parte de las autoridades, sino por la irresponsabilidad de muchas personas.
De la misa forma, parques y jardines son utilizados para arrojar la basura doméstica, inclusive en colonias habitadas por personas supuestamente instruidas, de acuerdo con un recorrido de “El Espectador”.
En el colmo de la falta de cultura cívica, irresponsabilidad, conciencia de sus actos y hasta comodidad dañina para los demás, en las calles abundan los cubrebocas, que rebasa todos los límites de la consideración para los demás.
Los servicios municipales se han deteriorado después de las elecciones de junio; sobre todo, en las demarcaciones donde los alcaldes perdieron su reelección, pero eso no explica ni mucho menos justifica esta irresponsabilidad.
Arrojar a la calle cubrebocas no resuelve el problema de la falta de recorrido de los camiones recolectores de basura, pero sí, ocasiona contaminación, y en tiempos de pandemia de Covid-19, el riesgo de propagar el virus es grande.
Es difícil de entender el mecanismo de reflexión de quienes tiran los cubrebocas en las vías públicas, como si deliberadamente quisieran poner en riesgos a los semejantes, además del aspecto que causan a las ciudades.
En el caso de Toluca, la falta de cultura cívica de un alto porcentaje de la población hizo ya que se perdiera la justificación del nombre de Toluca “la bella”, que se ganó en el pasado.
Llama la atención que en este caso las autoridades policiacas no actúen y detengan a los irresponsables que violan el bando municipal y contribuyen a la contaminación. Ni se conoce un solo caso de una persona subida a la patrulla para llevarla ante las autoridades que sancionan estas conductas.
Tampoco las policías detienen a quienes dejan basura en los parques y jardines, por lo que este comportamiento irresponsable se multiplica, en perjuicio del prójimo y de las condiciones ambientales.
Como no hay un eficiente servicio de barrido de calles, los cubrebocas se acumulan y llevan meses contaminando y poniendo en riesgo la salud de la población, además de la imagen de colonias y ciudades descuidadas que generan.
