*Integran lista de adversarios, para eliminarlos, los grupos fascistas y golpistas.
De la redacción
Ante la indiferencia de intelectuales y periodistas sedicentes democráticos, preocupados por presuntos peligros para las libertades, hace poco Claudio X. González Guajardo, operador político y electoral de la ultraderecha empresarial, anunció que elaborará una lista de los mexicanos que, por omisión o acción, llevaron a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República.
El historiador Lorenzo Meyer, uno de los más lúcidos y brillantes analistas políticos del país, alertó sobre lo preocupante que resulta esa amenaza de corte fascista, hecha por el fundador de “Mexicanos contra la corrupción” (financiado por la embajada estadounidense) y de “México sí”, que orquestó la alianza de los antes adversarios ideológicos PRI-PAN-PRD, para oponerlos a Morena en las elecciones de junio.
Por su parte, el politólogo Hildefonso Figueroa Noriega, sostuvo que esa lista no puede ser de los más de 30 millones de mexicanos que votaron por López Obrador, sino selectiva, de objetivos prioritarios a reprimir en caso de una ruptura del orden constitucional en México.
“Debemos preguntarnos por qué el personaje dijo que Morena terminará mal, muy mal, porque esa es una amenaza”, advirtió.
Carecería de sentido hacer una lista sin propósitos represivos; sobre todo, porque la elaborará un representante de la ultraderecha empresarial, en todas partes fascista y patrocinadora de golpes de estado, recordó el también académico.
Comentó que Claudio X. González tiene un enorme poder delegado por sus patrocinadores, al grado de que da órdenes a los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD, y lo obedecen. “No se debe minimizar su amenaza”, señaló.
De acuerdo con un recuento de “El Espectador”, antes de convertirse en dictadores sanguinarios, junto con sus patrocinadores muchos dirigentes políticos integraron listas de detractores. El caso más conocido es Adolfo Hitler, e incluso dio lugar a una extraordinaria y estremecedora película sobre la lista de los “aniquilables”, pero desafortunadamente no ha sido el único.
También integraron listas de adversarios ideológicos a asesinar, desaparecer, encarcelar y exiliar Augusto Pinochet y la ultraderecha empresarial chilena. Lo mismo hicieron Bordaberry, en Uruguay; Videla, en Argentina; Strossner, en Paraguay; Barrientos, en Bolivia y los presidentes militares represivos de Brasil.
Brutal fue el grupo especial de la dictadura argentina, conocido como la “Alianza Anticomunista Argentina” o AAA, que lista en manos recorrieron ciudades en busca de opositores, para asesinaros, desaparecerlos, encarcelarlos, torturarlos o, aquellos con mejor suerte, exiliarlos.
Con estos antecedentes, la ultraderecha empresarial mexicana, integrada por menos de 6 mil 600 dueños de corporaciones (el padrón de contribuyentes es de 72 millones), por conducto de su operador político y electoral, Claudio X. González Guajardo, utiliza el mismo lenguaje, ahora anacrónico, del anticomunismo de la época de las dictaduras latinoamericanas.