*El lado opuesto de la cadena, los que cosechan, ha tenido grandes pérdidas.
De la Redacción
El encarecimiento del limón benefició a todos los involucrados en la cadena de distribución y comercialización; es decir, a los intermediarios que acaparan el producto y pagan bajos precios a los productores.
En cambio, perjudica enormemente los bolsillos de los consumidores, pero también a un segmento de la cadena productiva que es invisible: los y las recolectoras del limón en las huertas, de acuerdo con información conocida esta semana.
El producto cítrico se encareció en forma exagerada, en perjuicio de los consumidores, porque cayó la producción. Las plantas producen solo el 20 por ciento de los niveles normales, perjudicando de manera severa los ingresos y economía de las familias que trabajan en la cosecha.
Por la escasez del limón en los árboles, ahora destinan 4 veces más tiempo para llenar una caja, y como se les paga por caja; es decir, a destajo, independientemente del precio del producto, los cosechadores están ganando una cuarta parte de cuánto percibían cuando las cosechas eran abundantes y en poco tiempo llenaban la medida convenida.
Ahora estos trabajadores del campo padecen la cruel paradoja de que en una temporada de altos precios y elevadas ganancias para los intermediarios, ellos ganan menos, mucho menos que cuando el cítrico estaba barato.