Maximiliano Castillo R.
Es condenable la muerte violenta intencional de la periodista Lourdes Maldonado, en Tijuana. El delito debe esclarecerse y los culpables deben ser castigados. No debe permitirse la impunidad, sobre todo, porque son ya tres homicidios de periodistas en menos de 15 días.
También es criticable que los enemigos del presidente López Obrador atribuyan esas ejecuciones a lo que el mandatario comenta en sus conferencias mañaneras. Eso es mezquino. Es ruin lucrar con el dolor ajeno; sobre todo, porque casi todas las víctimas cubrían la nota roja o policíaca: no hacían crítica al presidente, ni cubrían la fuente política.
Además, hay hipocresía, porque los grandes medios informativos y sus periodistas famosos jamás se han preocupado por los bajos salarios del gremio, los altos niveles de pobreza del tipo de periodistas asesinados, quienes tampoco tenían protección del régimen de seguridad social.
Y todo ello nunca le ha importado a la gran prensa. Por eso es sumamente criticable que utilicen las ejecuciones de informadores profesionales con fines mezquinos, como opositores del gobierno.
