*Les duele mucho que no les perdonen ya el pago de impuestos sobre ganancias.
GABRIEL L. VILLALTA
(Segunda y última parte)
En todo el mundo, la gran clase empresarial es insensible ante los problemas de la población: su clientela. “Esa es la naturaleza del capitalismo, y más en esta época de globalización, pero en México el egoísmo y miopía son mayores”, aseveró el experto en el tema, Jorge Adrián Carreto Leyva.
Además, abundó, “los 6 mil 500 dueños de la riqueza nacional, con excepción de Carlos Slim y otros muy pocos empresarios, añaden a su rapacidad el objetivo de perjudicar al gobierno de la 4T, vía el encarecimiento artificial de los productos, muy por encima de lo explicable a partir de los problemas de la economía mundial y nacional, y maniobran también para evitar el pago de impuestos”.
Ese minúsculo grupo de los dueños de la riqueza nacional -explicó el entrevistado- “controla la producción de bienes y la importación de mercancías, así como su distribución y comercialización, por lo cual está en condiciones de maniobrar para un aumento artificial de precios. Y no les importa deteriorar más las condiciones de bienestar de las familias. Está reñido con la responsabilidad social”.
De acuerdo con el economista y académico, conocidos suyos en despachos contables le han confirmado que las grandes corporaciones empresariales nacionales y extranjeras y las que forman asociaciones entre ambas, deliberadamente ponen trabas en su facturación a pequeños contribuyentes, para desalentarlos a exigir el comprobante fiscal porque “si con facturas evaden impuestos, si no las entregan, resulta imposible al SAT combatir la evasión y elusión de las contribuciones”.
Carreto Leyva insistió en que “la urgencia de afectar los ingresos públicos es una estrategia de la plutocracia mexicana para dificultar o impedir que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador disponga de fondos presupuestales para apoyar a los grupos vulnerables, que forman abrumadora mayoría y son la base de apoyo del proyecto de la cuarta transformación”.
Al mismo tiempo “buscan que la población les compense las pérdidas por la supresión de la Constitución Federal del perdón fiscal, que les permitía incrementar sus utilidades en cientos de miles de millones de pesos cada año, a costa del erario y de la capacidad presupuestal del gobierno para atender las necesidades del grueso de los mexicanos”, explicó el especialista.
Por ello, concluyó, es urgente que el SAT perciba las maniobras e impida que impuestos como el IVA, pagado por los consumidores finales, quede en manos de los grandes corporativos quienes ya de por sí y desde siempre acaparan el ingreso nacional.