*La mayoría de los mexicanos reaccionó con preocupación ante lo ocurrido.
De la redacción
Las encuestas publicadas en medios informativos adversarios al gobierno, a Morena y a la cuarta transformación le otorgan al presidente Andrés Manuel López Obrador un respaldo social que va desde el 68 hasta el 72 por ciento.
Nadie pone en duda que esos ejercicios demoscópicos expresan la realidad, porque los pagan y difunden quienes sienten antipatía por un personaje que les suprimió los privilegios otorgados por los presidentes de la República durante 36 años y aun desde antes.
Este arraigo popular se confirmó cuando se difundió que el mandatario fue sometido a la práctica de un cateterismo en el Hospital Central Militar de la capital de la República; sobre todo, porque es reducido el porcentaje de los mexicanos que saben con exactitud qué es un cateterismo.
En realidad se trata de una sonda que se introdujo en las arterias vinculadas al funcionamiento del corazón. En el caso del mandatario, el proceso duró 30 minutos sin complicaciones, al grado de que la noche del mismo sábado 22 de este mes ya estaba en Palacio Nacional y dirigió un mensaje en sus redes para explicar el caso.
La mayoría de los mexicanos, aun los no beneficiados con los programas sociales, expresó su preocupación por la posibilidad de que se tratara de una enfermedad grave que impidiera al tabasqueño continuar en su puesto.
Analistas políticos objetivos sostienen que esa preocupación social no se hubiera generado si en su momento los presidentes Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa o Enrique Peña Nieto se hubieran enfermado, y quizá en más de un caso la comunidad nacional habría deseado que ya no regresaran a sus responsabilidades.
No debe sorprender lo ocurrido con el presidente López Obrador, pues no se necesita ser su partidario, ni enemigo o adversario para saber que se trata del mayor líder social, político, electoral e institucional desde el presidente Lázaro Cárdenas.
Es el único mexicano que en tres elecciones, con todos los grandes intereses económicos y los medios informativos en contra pudo lograr más de 61 millones de votos, incluyendo los más de 30 millones que obtuvo para ganar la presidencia de la República en 2018.
Los poderes fácticos económicos y mediáticos, que saquearon el erario, y los partidos políticos y gente que no sabe ni por qué no quiere al presidente, también le desearon pronta recuperación, pero no es difícil percibir que lo hicieron de dientes para afuera, porque lo que más desean, como desde el 2011, que enferme y se retire de la política y, ahora, de la presidencia de la República. El cateterismo mostró el alto respaldo popular que tiene el gobernante.