*Ganan 3 mil mdd al año por hacer llegar remesas a familias de migrantes.
Gabriel L. Villalta
La entrada en operación de la red de sucursales del Banco Bienestar representará una gran pérdida de los bancos y sistemas de envío de remesas de dólares de los mexicanos que viven y trabajan en los Estados Unidos.
Las autoridades reguladoras del sistema bancario mexicano calculan que, anualmente, los bancos de la iniciativa privada mexicana y estadounidense y empresas dedicadas al envío de divisas estadounidenses de los connacionales, documentados e indocumentados obtienen una utilidad anual de 3 mil millones de dólares.
Se trata de un monto superior a 60 mil millones de pesos, ganado sin correr riesgo alguno, pues se sustrae de las familias beneficiarias de las remesas, que les sirven de mucho, y como las comisiones se las cobran antes de recibir el dinero en pesos, ni siquiera se enteran de la merma en sus remesas, que benefician a los intermediarios.
Las remesas crecen año con año, y en el 2021 alcanzaron los 50 mil millones de dólares, sobre los cuales bancos e intermediarios se quedaron con 3 mil millones, sin gastar más que el uso de computadoras para los envíos por medios electrónicos.
El gobierno federal anunció que, entre otras actividades estratégicas y de impacto social, las sucursales del Banco de Bienestar recibirán las remesas sin cobrar comisión, pues se trata de apoyar a las familias de los mexicanos quienes viven y trabajan en territorio estadounidense.
El servicio será sin costo para los que envían y para quienes reciben las remesas, por lo cual no es difícil prever que los trabajadores migrantes dejarán de utilizar la banca comercial y agencias para el envío de remesas.
EL TIPO DE CAMBIO QUE PAGAN
Bancos y otros intermediarios no sólo ganan por las comisiones por manejo de remesas, sino también en la paridad peso-dólar, en perjuicio de las familias de los migrantes.
Generalmente pagan menos por cada divisa estadounidense que la cotización en el mercado cambiario, otra ganancia adicional por los dólares entregados.
Hasta ahora los agentes intermediarios que hacen grandes negocios con las remesas no han fijado una posición frente a lo que se les viene, pero no se descarta que más adelante se inconformen, pues no se quedarán cruzados de brazo ante la pérdida anual de 60 mil millones de pesos, que en el futuro se dispersarán entre las familias de los migrantes, legalizados e indocumentados.