De la Redacción
Con una sola pregunta Raúl Tolán Ramíres, director del “Fideicomiso para el Ahorro de Energía”, desbarató los argumentos de las cúpulas empresariales y cabilderos de los intereses corruptos opuestos a la reforma constitucional en materia eléctrica, cuando debatían sobre las subastas diarias del fluido eléctrico. La contraparte insistía en que eran convenientes y deberían seguir.
El esquema consiste en que las generadoras privadas de energía eléctrica compiten para que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) suba primero a las redes de conducción y distribución su energía, para lo cual ofertan cada una determinada tarifa. Al final, en teoría, se da prioridad a la que ofrece las más bajas; sin embargo, toda la energía eléctrica se paga al nivel de la oferto a mayor costo, más cara.
El responsable del citado Fideicomiso les dijo “Ustedes cuando organizan licitaciones para escoger proveedores seleccionan al que les ofrece más barato. Entonces ¿Por que al final no compran todo con los precios más altos que les ofrecen los proveedores?
Es decir, les preguntó porqué no actúan en sus empresas y sus intereses como demandan que actúe el gobierno en esta materia. Ninguno le contestó.
