De la Redacción
La semana pasada se dio gran difusión a los dichos de figuras como el embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien expreso preocupación por la generación en nuestro país de energía eléctrica con fuentes no limpias, pero esas criticas se difundieron fuera de contexto y sin análisis, en una estrategia para confundir y desinformar a la población.
Poco tiene que enseñarle Estados Unidos a México en materia de energía eléctrica limpia, especialmente en la producción de éstas, pues en aquella nación operan por lo menos 282 plantas generadoras del flujo eléctrico que usan carbón, precisamente, el combustible fósil más contaminante para esa actividad en el mundo. Y planea construir otras.
México sólo tiene tres plantas productoras de energía eléctrica que funcionan con carbón, y no cuenta con planes para construir más. Con ello, en este rubro particular, la producción de energía con carbón es casi cien veces mayor en la Unión Americana, y será todavía mayor en el futuro según los planes.
Si bien China es la nación que más contamina la atmósfera con gases efecto invernadero, Estados Unidos -la nación cuyas autoridades se dicen preocupadas por la política de energías limpias de nuestro país- tiene el récord en ese tipo de contaminación medida por habitante; dicho de otro modo, los ciudadanos norteamericanos son los que más contaminan el planeta. Pero este es otro aspecto y análisis que no se difunde en los medios cuando le dan vuelo a los opositores a la reforma eléctrica.
Tratándose de energías limpias, los Estados Unidos todavía tienen mucho que hacer para contribuir a frenar y revertir el cambio climático, y eso lo saben los críticos a la reforma, pero utilizan la desinformación general para defender los negocios sucios en el sector.
