De la Redacción
Resulta increíble el nivel que alcanzó el saqueo de los bienes nacionales y del erario en los primeros 18 años del siglo. Los presidentes estuvieron dedicados a organizar el robo descarado de fondos públicos, y de ello uno de los ejemplos más claros es el gasoducto de Poza Rica, Veracruz, a Tula, Hidalgo, el cual construyó un particular con el objetivo específico de rentárselo al gobierno por un pago de 4.5 millones de dólares mensuales.
Durante 5 años el particular cobró alrededor de 5 mil 550 millones de pesos, pero el gasoducto nunca operó. Es decir, no transportó ni un litro o kilo de gas. Aún así, Petróleos Mexicano cubrió la totalidad de los montos pactados.
Así como este caso abundaron los quebrantos a las finanzas públicas, por parte de compañías privadas, coludidas con las autoridades, respaldadas por contratos, cuando no ilegales, leoninos.
