*El general está ahora preso en Canadá, por presuntamente proteger al huachicol.
De la redacción
Durante dos años, el general Eduardo León Trauwitz fue quien estuvo más cerca del entonces gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto. En sus manos estuvo la seguridad personal del mandatario, como antes la estuvo la del presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Fue jefe de escoltas del político oriundo de Atlacomulco, convertido después en el primer mexiquense en arribar a la presidencia de la República desde el fin del sexenio del presidente Adolfo López Mateos.
Ahora Trauwitz se encuentra preso en Canadá, con fines de extradición a México, donde tiene orden de aprehensión por presuntamente proteger o participar en robo de gasolinas de los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
En el Estado de México, junto con sus subalternos, cuidaba al gobernador Peña Nieto en Palacio de Gobierno, en Casa de Gobierno y en sus giras por las regiones del territorio estatal. Fue discreto, y por eso los mexiquenses no lo recuerdan.
Las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), que dieron lugar a la consignación penal y a la orden de aprehensión contra el general y 24 exfuncionarios más de Petróleos Mexicanos, indican que el detenido era responsable de detectar, evitar y combatir el robo de combustibles de los ductos de la empresa pública, que fueron aumentando año con año hasta sumar 100 mil millones de pesos anuales en los últimos 4 años del sexenio peñista.
Para cumplir con esas responsabilidades se le destinó un presupuesto superior a los 5 mil millones de pesos, gastado en su mayoría en la adquisición -por adjudicación directa- de un sistema y equipo de cómputo y monitoreo de los ductos, el cual permitía conocer en tiempo real cuando se estaba robando gasolinas, por los reportes de pérdida de presión en los tubos.
Según lo asentado en el expediente, las fugas se detectaban, pero la Subdirección de Salvaguarda Estratégica, a cargo del general Trauwitz no actuaba de inmediato, a pesar de podía hacerlo, porque disponía de vehículos para trasladar al personal por tierra o por aire: permitía el robo de gasolinas.
Después, cuando personal de PEMEX acudía a reparar las fugas en los ductos, deliberadamente lo hacían en forma deficiente, para que las organizaciones criminales dedicadas a sustraer combustibles las reabrieran rápido y fácil de nuevo.
Las deficiencias en la prevención y combate al robo de gasolinas llegó a tanto que no sólo en los ductos se sustraía el combustible, sino también del interior de las refinerías, para lo cual se utilizaban pipas de la propia empresa productiva del Estado. El área del ahora preso en Canadá debía monitorear, detectar e impedir también el robo de gasolinas al interior de las instalaciones en donde se refinaba, y no lo hizo, por lo cual está acusado de protección o participación en los delitos.
El general dejó su cargo en PEMEX 4 meses antes de finalizar el sexenio de Enrique Peña Nieto, y se reintegró al Ejército, en la Contraloría General del mismo, de donde fue dado de baja el 31 de diciembre de 2018.