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Polémico, Mundano y Amigo de los Poderosos, Así Fue el Obispo Cepeda

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*Impuso marca por el tiempo para construir una catedral.

De la redacción

El obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, no pudo sobrevivir al Covid-19, detectado el día 8 de enero y el 31 del mismo mes dejó de existir a los 85 años. Terminó una vida polémica y no por sus actividades religiosas, sino por su propensión a las amistades de los poderosos.

Sus críticos sostenían que era el ejemplo más acabado de un sacerdote que optó por “la opción preferente por los ricos”, y no se adhirió al pensamiento evangelizador del llamado “obispo rojo”, Sergio Méndez Arceo, de Cuernavaca, con quien colaboró varios años.

Hombre mundano, tarde descubrió su vocación sacerdotal. Antes, junto con Carlos Slim, se dedicó a actividades bursátiles y crearon la empresa “Inversiones Bursátiles (INBURSA), de la cual siempre tuvo acciones.

En 1995 fue nombrado primer obispo de Ecatepec, y estableció relaciones de amistad con un joven político local pobre, que llegó a ser gobernador: Eruviel Ávila Villegas, impulsado inicialmente por el religioso.

Hombre mal hablado, Carlos Ahumado, otro polémico personaje, lo presentó como un hombre que gustaba hacer regalos costosísimos a su familia, especialmente a su madre, pero con cargo a sus multimillonarios amigos, incluyendo al propio Ahumada, a quien le pidió una camioneta de superlujo para regalarla. El empresario argentino se dolió de que no le agradeció y cuando cayó en desgracia ni llamadas telefónicas quiso recibirle.

En 2010, dos años antes de retirarse como obispo activo por cumplir 75 años, tuvo problemas legales graves por presunto “lavado de dinero” y fraude maquinado por 130 millones de dólares en agravio de la señora Olga Azcárraga, a quien presuntamente le prestó esa suma 7 meses antes de fallecer. Después comentó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) lo exoneró.

El año pasado quiso ser candidato a diputado local mexiquense por Fuerza por México, pero la jerarquía católica le advirtió que si aceptaba la postulación dejaría de ser obispo emérito, y renunció a la candidatura.

Como obispo implantó una marca en tiempo de construcción de una catedral, pues en poco más de un año terminó la de Ecatepec, aunque hay poca información sobre su misión evangelizadora y, sí, abunda la de sus reuniones con políticos poderosos y multimillonarios.

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