De la Redacción
El cambio de Procuraduría General de Justicia a Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) de hace seis años no se tradujo en una mayor eficacia de la institución, a la cual renunció el miércoles pasado Alejandro Gómez Sánchez.
La Fiscalía no fue saneada de corrupción, de ineficacia, ni de burocracia, lo cual deberá resolverse de manera forzosa si se quiere lograr que quien releve a Gómez Sánchez rinda buenos resultados.
En su última conferencia, el ahora ex Fiscal General mencionó entre sus logros la reducción de los delitos en el Estado, pero eso no puede atribuirse a la Fiscalía por él encabezada, y sí, en cambio, al apoyo que la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina han brindado a la policía estatal.
Además de los vicios señalados, otro grave problema de la FGJEM consiste en la escasez de agentes policíacos y ministerios públicos. Combinados todos estos problemas dan como resultado una impunidad del 97.8 por ciento de los más de 360 mil delitos denunciados al año.