De la Redacción
La guerra Rusia-Ucrania es la de mayor desinformación desde la Primera Guerra Mundial. Su inicio dio la razón a quiénes sostienen que, en las guerras, la primera víctima es la verdad, pero los intereses económicos (no ideológicos) de occidente se excedieron.
Casi un mes después de la invasión rusa la información sobre el conflicto es la que proporcionan diarios, noticieros de radio y televisión y redes sociales de occidente, que desinforman y defienden los intereses, no de Ucrania, sino de las naciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); es decir, a las conveniencias geopolíticas y geoeconómicas de Estados Unidos.
Ese pacto es militar, no para el desarrollo económico, y en este caso, como en todas las guerras que involucran a Estados Unidos, son las autoridades estadounidenses quienes controlan la información y la utiliza para beneficio de sus intereses.
Así ocurrió en las guerras de Corea, Vietnam, Irak (dos veces), Afganistán, Libia, Siria, inclusive en la invasión a Panamá, para capturar al ex agente de la CIA y hombre fuerte de as fuerzas armadas, Manuel Antonio Noriega.