De la Redacción
La reforma electoral que próximamente propondrá el presidente Andrés Manuel López Obrador incluirá la elección directa y popular de los consejeros y magistrados electorales; es decir, de los integrantes del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quienes ahora son designados por el Poder Legislativo Federal, con serias sospechas de que lo son mediante cuotas partidistas, con la consiguiente posición parcial y facciosa que, después, asumen en casos trascendentes para la vida pública del país, como son los casos de los actuales consejeros Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Ambos personajes se comportan como opositores al mandatario y a su proyecto de nación y tienen el respaldo de los partidos y grupos que lo atacan, incluyendo a casi todos los grandes medios informativos. Y la reforma electoral buscará tener autoridades imparciales en la materia.
El presidente López Obrador adelantó inclusive la fórmula que propondrá para la elección: que cada uno de los tres poderes de la Unión proponga una lista de 20 candidatos, para sumar 60, cuyos nombres serán sometidos a elección, para que, sin más, quienes obtengan más votos, se conviertan en consejeros y magistrados.
