Macario Lozano R.
La posición del titular de la Fiscalía General de la República (FGR), Alejandro Gertz Manero, se debilitó por el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el cual dejó en libertad a Alejandra Cuevas, quien estuvo presa más de 500 días acusada por el funcionario de negligencia en el homicidio de su hermano Federico Gertz, pareja Laura Morón, madre de la liberada.
La ex pareja, quien tiene más de 94 años, también tenía orden de aprehensión, pero fue cancelada y nunca se ejecutó por su edad.
Cuando el fiscal presentó la denuncia no ocupaba el cargo y lo hizo como simple ciudadano y parte ofendida, ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCM), pero Alejandra Cuevas fue detenida cuando éste ya estaba al frente de la FGR, dando lugar a una campaña mediática de desprestigio que lo presentó como abuso de poder, conflicto de interés y tráfico de influencia.
El fallo de la SCJN contra Gertz Manero probó y puso en evidencia que no incurrió en abuso de poder, ni tuvo conflicto de interés, ni cometió tráfico de influencia y que inició y participó en el litigio como particular, no como alto servidor público federal.
De todos modos, salió debilitado y así seguirá a no ser que concluya en un corto tiempo investigaciones y ejerza acción penal contra presuntos culpables de actos de corrupción de alto impacto, precisamente el tipo de delito que involucra a poderosos intereses políticos, económicos y criminales, como los que han impulsado e impulsan la campaña de desprestigio y desgaste contra el funcionario.
El fiscal anticipó que no tiene por qué renunciar, de modo que sólo el presidente Andrés Manuel López Obrador podría removerlo, pero por hechos graves, los cuales no existen.
Además, las causas graves de un hipotética remoción tendrían que ser calificadas y avaladas por el Senado de la República, y no se ve cercana una salida de Gertz Manero de la FGR.