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México Necesita una Oposición que Participe en la Democracia; el Abstencionismo la Debilitó en la Consulta

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Foto: Archivo

De la Redacción

El presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, siguen contentos por los resultados de la consulta popular de revocación de mandato, y no es para menos, al presidente lo respaldaron 9 de cada diez ciudadanos que participaron en ese ejercicio democrático, pero una mirada independiente al escenario debe generar preocupación, porque no es saludable para la democracia la débil presencia y arraigo popular de la posición partidista y no partidista.

Sólo el 6.4 por ciento de quienes acudieron a votar lo hicieron porque el mandatario dejara el cargo. Adicionalmente, los dirigentes opositores les pidieron a sus correligionarios (en realidad a la población en general) que no votarán, o al menos así fue en el discurso público, lo cual habla de que no les interesa la democracia participativa.

Y una cosa es que a las cúpulas partidistas de oposición no les interese que la gente participe en la democracia, pero otra muy delicada es que pretendan ocupar la abstención popular como herramienta de expresión opositora, eso va contra la democracia, debilita las instituciones electorales, pero sobre todo deja finalmente la impresión de que el Ejecutivo, al cual se oponen, hace todo bien, pues lo apoyan prácticamente todos.

El propio presidente ha calculado en unos 20 o 30 millones de mexicanos los que se oponen a su proyecto de gobierno, y esta era la ocasión de que esos puntos de vista se hicieran presentes. Sin ellos, visto como un ejercicio de refrendo o como un estudio de mercado sobre la popularidad del mandatario, simplemente la oposición no existe, ni tiene futuro en las futuras elecciones, lo cual no es cierto.

La oposición a la 4T dispone de cuantiosos recursos y está muy bien organizada, lo que más le falta es apoyo popular. La estrategia de desalentar la participación de sus seguidores solo les puede jugar en contra, pues lejos de sumar más gente a su causa -por cuestionable que ésta sea- dejan la impresión de estar en una lucha perdida que no vale la pena apoyar o, peor aún, dan la impresión de que quien tiene la razón totalmente es el presidente y es necesario apoyarlo.

Al país le conviene y necesita una oposición fuerte, responsable, crítica con fundamentos, propositiva y no irracionalmente obstruccionista a los esfuerzos del gobierno federal, destinados a servirle a la población, como se está mostrando y se mostró frente a los grandes megaproyecos de infraestructura para el desarrollo: ha estado en contra. Eso no sirve a los intereses de la comunidad nacional.

Finalmente, México también necesita de una oposición que dé voz a las personas justamente inconformes con el actuar del gobierno, ya que por bueno que este haya sido, sin duda puede mejorar, pero un ejercicio como el pasado, manipulado por la oposición según ellos para restarle apoyo al presidente, solo ha servido para darle más poder o, a penas, privarlo de la necesaria retroalimentación de unas urnas libres. Muy distinto habría sido si, aun sin lograr el 40 por ciento de participación, que se antoja imposible, un 30 o 40 por ciento de los electores hubiesen rechazado el actuar del gobernante. La oposición, para decirlo coloquialmente, se acabó disparando en el pie.

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