*En cambio, se recuperaron ya 7 vehículos que estaban en manos particulares.
De la redacción
Por no actuarse a tiempo, los investigados en 48 de 51 expedientes no podrán ser ya sancionados, porque las presuntas irregularidades prescribieron. “Cuando fui designado para el cargo, ya se había agotado el tiempo legal para proceder en su contra”, reveló Victorino Barrios Dávalos, titular del Órgano Interno de Control (OIC) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
Sólo se actuará en tres expedientes, se dolió el funcionario, designado para el cargo por primera vez en la historia directamente por la representación popular del Estado. Antes fue Contralor del Poder Legislativo, donde ganó prestigio de enemigo de la corrupción y de no respetar colores partidistas para proceder.
Barrios Dávalos adelantó que en los tres expedientes vigentes se llegará hasta sus últimas consecuencias, pues no tiene compromisos con grupos de interés y quiere participar en la lucha contra la corrupción, en marcha en la Máxima Casa de Estudios mexiquense.
Como ejemplo de ello, el titular del OIC informó a “El Espectador” que desde su llegada al cargo logró recuperar siete vehículos incluyendo algunos de lujo, que estaban en manos de particulares, a pesar de formar parte del patrimonio de la institución de estudios superiores. También restituimos a la UAEMéx bienes, como computadoras, laptops, sistemas de cámaras fotográficas, escritorios y hasta sillas, que sacaron de la institución con el pretexto del trabajo en casa por la pandemia.
Están devolviendo todo, porque la comunidad universitaria, integrada por docentes, alumnos y personal de apoyo es abrumadoramente honesta, pero desafortunadamente los pocos malos le crearon mala imagen, especialmente con la “Estafa Maestra”, aseveró el titular del Órgano de Control Interno.
Reconoció la voluntad del rector Carlos Eduardo Barrera Díaz para respetar y apoyar su trabajo de combate a la corrupción, lo cual le facilita la tarea de vigilar que no haya desviación de fondos públicos, ni recursos materiales.
Cuando inició sus funciones hubo resistencias a cumplir con la norma, inclusive para reconocerle atribuciones de contralor, pues se vio obligado a actuar con energía para hacer entender a los que actuaban mal que todo cambió, recordó.
Puso como ejemplo el caso de un alto funcionario quien se negó a proporcionarle información solicitada, argumentando que no tenía facultades para demandar la entrega de esa documentación.
“Le hice ver que tenía facultades legales para exigir la información y también para sancionarlo si persistía en su actitud, porque la legislación aplicable me faculta hasta para obtener el apoyo de la fuerza pública y mandarlo arrestar. Y lo hubiera hecho, pero se convenció y entregó la información”, concluyó.