GRANDES MEDIOS INFORMATIVOS JAMÁS APOYARON
LUCHAS DEMOCRÁTICAS: LAS CRIMINALIZARON
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Cuando se critica a los grandes medios informativos por mentir deliberadamente con fines nada ejemplares, se argumenta que son indispensables para el desarrollo democrático de un país. Sí, deberían serlo, pero no lo han sido en México, ni en el resto de los países latinoamericanos. Más bien han contribuido a postergar el arribo de la democracia y a generar condiciones para destruirla mediante golpes de estado, y aún por la vía electoral.
En México ganó la democracia en 2018, pero no por el impulso de los grandes medios informativos y sus periodistas estrellas, sino a pesar de ellos. Fueron determinantes para desalentar la participación masiva de los ciudadanos en la lucha electoral y en debilitar las posibilidades de triunfo de los opositores a partir de 1988, cuando respaldaron la candidatura de Carlos Salinas de Gortari y calumniaron, difamaron y “satanizaron” a Cuauhtémoc Cárdenas.
Los ataques al hijo del general Lázaro Cárdenas se intensificaron en 1994 y el 2000, debilitándolo tanto que su votación se fue reduciendo de elección presidencial a elección presidencial. El PRI tuvo en los grandes medios informativos a sus mejores aliados en su lucha por conservar la presidencia de la República mediante fraudes y el uso de dinero en las campañas electorales en montos varias veces superiores a los autorizados por las leyes, ante el silencio de la prensa.
Los dueños de los grandes medios informativos se enriquecieron en exceso en su apoyo al gobierno, especialmente en las contiendas por la presidencia de la República. Siempre lo hicieron, aun cuando la oposición al PRI era muy minoritaria y no ponía en riesgo la permanencia del priismo en el poder. Nunca respaldaron las luchas democráticas; al contrario, las calumniaron.
El hostigamiento a la oposición de izquierda se acentuó a partir del 2005, previo a las campañas presidenciales del 2006. Mediante campañas de calumnias contribuyeron al triunfo de Felipe Calderón Hinojosa y de Enrique Peña Nieto, pero no pudieron destruir políticamente al ahora presidente André Manuel López Obrador quien, a diferencia de Cuauhtémoc Cárdenas, aumentó su apoyo popular de elección en elección, hasta llegar al 2018, cuando los grandes medios informativos no pudieron impedir su triunfo arrollador.
La democracia triunfó, no por los diarios impresos, noticieros de radio y televisión, sino a pesar de ellos. No fortalecieron, sino evitaron que se estableciera la plena democracia desde 1988. Antes apoyaron a los gobiernos, pero ese respaldo no fue determinante para que triunfaran los candidatos del PRI, pues la oposición era minoritaria y ni siquiera valía la pena calumniarla.
El desinterés por apoyar el desarrollo democrático del país lo ratificaron en la consulta de revocación de mandato: minimizaron y ocultaron ese acontecimiento histórico, porque se convirtieron en opositores del gobierno lópezobradorista. No le perdonan el que les haya quitado privilegios y los ríos de dinero que sus antecesores les daban. Luchan ahora para recuperar lo perdido.