*Jóvenes talentos nacionales no tienen oportunidades para foguearse, menos si no están apadrinados.
De la Redacción
En el fútbol mexicano hay mucho malinchismo. Prefieren jugadores extranjeros, aunque sean malos que a los nacionales nacionales. La mejor prueba es la de Rayados de Monterrrey, que contrató a alto precio e importó de Holanda a Vincent Jassen, quien no anotó un sólo gol en las primeras 16 jornadas. Este fin de semana logró su primer tanto del torneo, en la última fecha, cuando faltaban 10 minutos para terminar el encuentro.
El alto y fuerte futbolista europeo es enjundioso, pero torpísimo. Se enreda con los pies. En esta temporada pasaron mil 147 minutos de juego para que pudiera hacer un gol. La afición sentía lástima por él, y le dio gusto que se estrenara como anotador aun cuando ya casi finalizaba la participación de su equipo en la fase regular del torneo.
En cambio, los dueños de los equipos no les dan oportunidad a los jóvenes jugadores mexicanos, a quienes incluso cuando ingresan las fuerzas básicas y se superan, los técnicos les piden dinero para debutarlos en primera división. Y si son de familia pobre, nunca llegan a primera división, aunque sean buenos.
